Voy a compartir hoy 12 anhelos, como 12 uvas. Para mí y para quien crea que puede necesitar algo parecido.
1). Perspectiva. Para no ahogarme en problemas o preocupaciones demasiado raquíticas.
2) Compromiso. Con personas y causas concretas. Con la gente más frágil. Siempre intento recordar que “comprometerse con todas las causas es la mayor forma de descompromiso” (Bruckner). A veces las palabras pueden ser también otra forma de evadirse. En fin, que no ocurra.
3) Esperanza. En la vida religiosa andamos en una época convulsa. Tenemos muchos retos. Esto es, sin duda, un cambio de ciclo, al menos en España. Y cuesta encontrar el camino. Que no falte la esperanza.
4) Ternura. A veces, precisamente por lo anterior, podemos herirnos, cuidarnos menos, exigirnos demasiado unos a otros. Ojalá sepamos querernos mejor.
5) Buen humor. Porque la risa es sana y ayuda a sanar mucho. Porque hay demasiado mal genio, demasiada crispación y demasiadas caras largas en nuestro mundo.
6) Buenas lecturas. Que son un privilegio, una escuela y una fiesta.
7) Amigos. Que no falten. Desde la confianza, desde la sinceridad, desde la libertad.
8) Profundidad. Para tener una mirada creyente sobre el mundo. Para aprender a descubrir en una clave religiosa lo que ocurre.
9) Reforma. Creo de verdad en la reforma que el papa Francisco está intentando empujar en la Iglesia. En el cambio de acento, en esa mirada mucho más inclusiva… ojalá sepamos ayudar.
10) Proyectos. Para no acomodarme en lo que ya funciona.
11) Oración. Rezar un poco más.
12) Libertad. Para hablar.
José María Rodríguez Olaizola sj