Recordando el Himno del noviciado, de mis tiempos, “Piedra a piedra…”.Golpe a golpe”….”Ritmo a ritmo …” “Sol a sol…” A través él quiero expresar lo que ha significado para mí la vivencia de estos cincuenta años de vida consagrada. Llamada y respuesta. Empezar cada día con el deseo de ser fiel al compromiso adquirido. Y en este caminar he palpado la fuerza Creadora y Liberadora del Señor.
Con El la vida cobra sentido. Brota la alegría, la esperanza y los deseos de vivir la entrega con generosidad cada día,de hacer todo el bién que una pueda, a pesar de que la fragilidad se va haciendo muy presente, siento que nuestro cuerpo se va “ desmoronando”, pero también siento que las fuerza se renuevan día a día gracias a Dios.
Las experiencias como es normal son muchas. Quiero resaltar dos.
En el Noviciado: el cambio en percibir la imagen de Dios. Fue muy positivo. Descubrir a Dios como PADRE que nos hace hijos, hermanos, amigo. Sentía que mi corazón se ensanchaba. Esta manera de relacionarme con Dios ha sido el centro, el impuso de cada día. Y quiero reconocer la gran ayuda para ello de ARACELI RODRIGUEZ, mi maestra de novicia.
La experiencia vivida en América Latina en estos 44 años siento que me ha marcado de manera profunda.El contacto con la gente, la vivencia en las comunidades me han ido mostrando a un Dios cercano que camina con su pueblo.
A nuestras hermanas jóvenes quiero decirles que vale la pena seguir a JESUS TRAS LAS HUELLAS DE CANDIDA MARIA. Y sin dudar con MARIA, NUESTRA MADRE, ELLA nos pone con su HIJO.
GRACIAS JESUS PORQUE ME LLAMASTE Y ME SIGUES LLAMANDO.
Fuensanta Pedraza fi
Bogotá – Colombia