Filipinas es un paraíso. Una mirada al horizonte desde la entrada de la casa del Salvador… y sientes latir la creación entera: la luz, el mar, el sonido del “tuko”… No hace falta para ello acercarse al Santuario de la Divina Misericordia, a solo unos metros. Y, si lo haces, también en el silencio de la cripta puedes captar cómo Su presencia en el Pan y en el corazón alientan lo mejor de la vida.
La Superiora general termina la visita canónica a esta región, comenzada en la semana de Pascua. En esta ocasión, los primeros días fueron dedicados a Tahanan Cándia Mª de Jesús, la enfermería y casa de mayores. Estar enfermo o perder fuerzas por razón de la edad también es natural, tanto como el paraíso antes mencionado. Pero esa realidad ni es tan atractiva ni es tan fácil aceptarla.
Siendo así, es una gracia visitar cualquiera de estas casas y percibir, generalmente, la gratitud que expresan las hermanas por lo vivido, por la salud que no se perdió, por los cuidados, por la Congregación… Es un clima precioso el que se respira en Tahanan, como decimos familiarmente.
En El Salvador se compartió mucha emoción y también mucha gratitud. La causa, un proyecto social. Unas veinticinco mujeres, madres de familia, trabajadoras, pero con escasos recursos que, gracias a la ayuda de la Congregación, cuentan con una sencillísima casa que les permite una vida más digna y más tranquila, sobre todo cuando se presentan los tifones. Algunos jóvenes hablan con alegría de que ellos son JóvenesFI. Las Hermanas acompañan pastoralmente a los peregrinos que van al santuario, animan a los jóvenes cuando los estudios se hacen más difíciles, apoyan a las mujeres…
De allí, a Cebú: un pueblo chino-filipino. En la habitación nos encontramos una invitación solemne del Sacred Heart School-Hijas de Jesús para el día siguiente: oración; Himno Nacional; bienvenida de los estudiantes y de la Directora general; demostración de la cultura china-filipina, “Sinulog” (con el Sto. Niño de Cebú). La M. General les ha dirigido unas palabras de agradecimiento por la recepción y de estímulo en su misión. Finalmente, ha intervenido la Presidenta de la Asociación de Padres. El acto ha terminado con el Himno del Colegio. Entrevistas con las HH y mil detalles en comunidad… que procuran hacer de la visita unos días muy especiales. En Cebú hay mezcla de culturas, de lenguas. Quizá podamos aprender, de un lugar como este, a integrar las diferencias, la diversidad de dones, la convivencia en paz, la educación solidaria… En Cebú se celebró la eucaristía y fiesta de la M. Cándida.
Y de Cebú, a Davao. Stella Maris Academy of Davao da también su bienvenida con gran solemnidad. El esquema de la visita es prácticamente el mismo que el de Cebú, pero cada lugar tiene sus peculiaridades. La exhibición cultural lleva como título “Tribal and moro dances”. Es innecesario explicar más. Ese gesto de los niños, también de personas mayores, de tomarte de la mano y llevarla a su frente como signo de respeto y consideración, de bendición, impresiona por más que sea sencillo y se repita.
Tras tantas entrevistas y encuentros, como en otras visitas, tiene lugar el encuentro con la comunidad.
Y finalmente, la reunión con las superioras locales de la región, las hermanas que, en el Nazaret de cada día, en las “distancias cortas”, nos ayudan a descubrir lo que el Señor puede estar pidiendo o puede estar ofreciendo…
Filipinas es, sin duda, un paraíso, en el que damos gracias a Dios por la creación, la redención y tantos otros dones.
María Teresa Pinto, FI