Dos religiosas, dice la noticia, una es nuestra hermana Maria Aparecida Ramos, Cida, están coordinando a un grupo de voluntarios para ofrecer asistencia psicológica a los desplazados a causa de los ataques terroristas en esta región del norte de Mozambique.
Según informa Vatican News a partir de una entrevista a Cida (escúchala aquí), son un total de 25 los activistas que están atendiendo a las más de 200 personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar tras el recrudecimiento de este conflicto originado en 2017. En las próximas semanas, más voluntarios serán formados para poder llevar la ayuda psicosocial a otros distritos.
“El trabajo consiste básicamente en trabajar con ellos el tema del duelo, las pérdidas, la reorganización interna de sus emociones ante la crisis vivida”, explica en la entrevista Cida. Lo hacen en pequeños grupos, para poder respetar las medidas sanitarias ante la pandemia del COVID-19.
La Iglesia Católica, a través de Cáritas, está promoviendo esta ayuda a los desplazados que se vieron afectados por la violencia vivida en el contexto de la insurgencia en Cabo Delgado. “Estas personas no solo necesitan comida. Necesitan ser escuchadas sus heridas y sus historias”, expuso D. Luiz Fernando Lisboa, obispo de Pemba.
Preocupación en Roma
El Vaticano está siguiendo con mucha atención lo que se está viviendo en esta región del norte de Mozambique. La semana pasada, el Papa llamó al obispo de Pemba para transmitir su cercanía y preocupación ante el debilitamiento de la situación humanitaria (leer más).
Además, este domingo durante el Ángelus, Francisco pidió que “oremos por estos hermanos y hermanas nuestros, y apoyemos con la oración y la solidaridad también a aquellos -y son muchos- que aún hoy son perseguidos a causa de su fe religiosa. Muchos”. (lee noticia aquí)
Las Hijas de Jesús estamos muy pendientes de nuestras hermanas. Cuatro HH, Carmelitas Teresas de San José están viviendo con nosotras en Metoro desde que fue atacada Macomía, aldea en la que vivían. Estamos también en contacto con D. Luiz. Nos prestamos unos a otros todo el apoyo posible en una situación tan difícil.
Nos unimos al Papa y a toda la Iglesia en la oración por quienes sufren actos de violencia basados en la religión y sus creencias, tanto en esta región de Mozambique como en el resto del mundo.