(Imagen) Campo de refugiados de Zataari, en el norte de Jordania, acoge aproximadamente 115 mil refugiados sirios. © MANDEL NGAN / REUTERS
«El emigrante que reside entre vosotros será para vosotros como el indígena: lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios» (Lv 19,34).
En nuestra dinámica ignaciana, tuvimos algunos días con Agnaldo Junior SJ, recordando la salida del pueblo de Israel al encuentro del otro, viendo si nosotras hacemos el verdadero encuentro con Jesucristo, el peregrino. Una ayuda para la experiencia de salir al encuentro del mundo con espíritu despierto y preparado, mirando lo positivo de la migración desde la llamada personal y desde lo que los Papas han ido diciendo sobre este tema.
Nos detuvimos en la última campaña, con los verbos acoger, proteger, promover, integrar.
Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia (cf. Mt 25,35.43).
Estamos llamadas a responder con generosidad, diligencia, sabiduría y amplitud de miras —cada una según sus posibilidades— a los numerosos desafíos planteados por las migraciones contemporáneas. Será deseable un compromiso concreto para incrementar y simplificar la concesión de visados por motivos humanitarios y por reunificación familiar. Al mismo tiempo, que un mayor número de países adopten programas privado y comunitario, y abran corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables e que en diferentes lugares, facilite el encuentro personal, permita una mejor calidad de los servicios y ofrece mayores garantías de éxito.
Aunque se basan en la experiencia y la reflexión de la Iglesia, los 20 Puntos se ofrecen como consideraciones valiosas a todas las personas de buena voluntad que estén dispuestas a implementarlas y abogar por su inclusión en las negociaciones de su país.
Acoger:Aumento de las rutas seguras y legales para los migrantes y refugiados
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Se debe evitar la expulsión colectiva o arbitraria de migrantes y refugiados. El principio de no devolución debe respetarse siempre: los migrantes y los refugiados nunca deben ser devueltos a un país que se considera inseguro.
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Deben multiplicarse las vías jurídicas para la migración o la reubicación segura y voluntaria.
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El valor de la seguridad de cada persona, debe estar correctamente equilibrado con las preocupaciones de seguridad nacional.
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Los emigrantes deben estar protegidos por sus países de origen, debe crear un departamento,gubernamental para la diáspora; y ofrecer asistencia consular y protección en el extranjero.
Proteger : Defensa de los Direchos de los Migrantes y refugioado
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Los inmigrantes deben ser protegidos por sus países de llegada, a fin de prevenir la explotación, el trabajo forzoso y la trata de personas, estableciendo un salario mínimo aplicable a todos los trabajadores
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Los migrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados deben estar facultados para aprovechar sus habilidades y competencias para mejorar su propio bienestar y la prosperidad de sus comunidades.
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Ofreciendo custodia temporal u hogares de crianza para menores no acompañados o separados; y mediante la creación de centros separados para la identificación y tramitación de menores, adultos y familias.
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Debe garantizarse el acceso a la educación a todos los migrantes.
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El acceso a la seguridad social debería garantizarse a todos los migrantes.
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Los migrantes nunca deben ser apátridas, de conformidad con el derecho a la nacionalidad
establecido por las convenciones internacionales, y la ciudadanía debe ser reconocida al nacer.
Promover: Fomento del desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados
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Los países deberían incluir a los migrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados en su plan de desarrollo nacional.
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Deben valorarse y desarrollarse en los países de llegada garantizando la igualdad de acceso a la enseñanza superior, los cursos de especialización, los aprendizajes.
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. La inclusión social y profesional de los migrantes,
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La integridad y el bienestar de la familia siempre deben ser protegidos y promovidos,
independientemente de su condición jurídica. -
Los migrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados con necesidades especiales deben ser tratados igual que los ciudadanos con las mismas condiciones.
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Se deben aumentar los fondos para el desarrollo internacional y el apoyo humanitario,
enviados a los países que reciben una afluencia significativa de refugiados y migrantes. -
El derecho a la libertad religiosa -en términos tanto de creencias como de prácticas- debe
garantizarse a todos los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados.
Integrar: Mayor participación de migrantes y refugiados para enriquecer las comunidades locales
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Se debe promover la integración, como un proceso bidireccional que reconoce y valora las riquezas de ambas culturas.
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Debe promoverse una narrativa positiva de solidaridad hacia los migrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados.
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Aquellos que se ven forzados a huir de crisis humanitarias y posteriormente son evacuados o inscritos en programas de repatriación asistida deben tener condiciones adecuadas para la reintegración en sus países.
A este respecto, deseo reafirmar que «nuestra respuesta común se podría articular para que tengamos más acogida y hospitalidad, fomentando la rápida reintegración de los refugiados y Migrantes.»
Tomelina Barbosa