Dejo Valladolid,
el tren mece mi experiencia de rezandovoy,
la suavidad del ALVIA permite a mi corazón
sentir y gustar, agradecer …
Jornada de encuentros para re-cordar.
Hace cinco años nacimos
¿sueño? ¿locura? ¿utopía? ¿hacia dónde?
lanzando ordenadores hacia Dios …
¿Qué ofrecer a nuestro mundo
ruidoso, con prisa, ritmo de vértigo
pero buscador de silencio y quietud?.
¿Cómo contemplar sin huir, cómo vivir
la mística de una conexión
con hilos invisibles? …
Muchas manos, muchas mentes pensantes,
muchos corazones dejando escapar su
creatividad, se va tejiendo la red de un
proyecto – “¿no es de locos?”- que crece
y va en-redando a mucha gente,
de cerca y de lejos… ¡Dios se deja encontrar!
Volvemos a los 5 años; Valladolid nos recibe
con tímido sol y bajas temperaturas,
pero llegamos con mucho calor y color en
nuestro corazón…
Sonrisas, algunas llenas de dientes,
voces que tienen rostro,
aire de familia, fiesta de cumpleaños…
somos muchos y faltan otros tantos.
Intercambio de experiencias, muchas risas y
Pan, Vino y Palabra sobre el trillo-altar que
sabe de granos que se amasan para ser
partidos y compartidos.
Oramos juntos, la comunidad se amplía,
la iglesia se llena y hay un latir monocorde:
Tú eres el Dios de los encuentros:
nos llamas desde la debilidad, el misterio,
te seguimos entre fascinación y resistencias, pero
con otros vamos descubriendo tu Reino …
Somos imagen del Dios de los encuentros.
Y la noche avanzada nos encuentra cantando,
muchas más voces, presentes y virtuales…
Nuestros medios tecnológicos y otros, para que
muchos hombres y mujeres podamos rezar
mientras vamos de camino.
¡Gracias, familia-rezando-voy por esta fiesta!
Nuevo impulso, más ganas, crece la ilusión …
Seguimos… mientras vamos de camino con El.
Por María Luisa Berzosa fi
5 años de Rezandovoy
Valladolid 5 Marzo 2016