La fe y la caridad llevan de la mano a la esperanza
Pasamos el pórtico de la Semana Santa con una última parte del mensaje del Papa para la cuaresma 2024.
En la medida en que esta Cuaresma haya sido de conversión, entonces, la humanidad extraviada sentirá un estremecimiento de creatividad; el destello de una nueva esperanza.
Quisiera decirles, como a los jóvenes que encontré en Lisboa el verano pasado: «Busquen y arriesguen, busquen y arriesguen. En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos -estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedacitos-, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo. Y hace falta coraje para pensar esto» (Discurso a los universitarios, 3 agosto 2023).
Es la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud. La fe y la caridad llevan de la mano a esta pequeña esperanza. Le enseñan a caminar y, al mismo tiempo, es ella la que las arrastra hacia adelante.
Para pensar y orar:
- En la medida que esta Cuaresma haya sido de conversión… sentirá un estremecimiento de creatividad… La creatividad es la capacidad de generar ideas originales, novedosas y valiosas. Es la habilidad de pensar de forma no convencional, romper patrones establecidos y encontrar soluciones originales a los desafíos que se presentan. El papa Francisco dice en el número 178 de la Evangelii Gaudium que el Espíritu Santo posee una inventiva infinita. ¿Cómo ando de creatividad, de ideas originales, novedosas y valiosas? ¿Pienso de forma no convencional? ¿Rompo en algún momento los patrones establecidos? ¿Encuentro (encontramos) soluciones originales a los desafíos que se presentan? ¿De dónde nacen esas ideas, patrones, soluciones…? ¿A dónde me llevan?
- No estamos en una agonía, estamos en un parto. Busquen y arriesguen… ¿Cómo vivo el momento presente personal, laboral, familiar, comunitario, eclesial, congregacional, social, mundial…? ¿Es una agonía o es un parto? ¿Busco? Cuando encuentro, ¿me arriesgo?
En este Domingo de Ramos, entremos con Jesús a Jerusalén con la mirada fija en Él. Que contemplarle nos salve de la tentación. A cada cual de las suyas. Tal vez, hoy,
– de la tentación de conformarnos y no buscar;
– de la tentación de intuir el camino y no arriesgar;
– de la tentación de ignorar la novedad del Espíritu que nos traen compañeros y compañeras de vida porque suenan a locura.
Subamos a Jerusalén. Escuchemos la Pasión. Parémonos allí donde el Señor nos salga al encuentro y nos diga: confía, busca, arriesga… confía.