El desierto, invitación a crecer en libertad
Seguimos en este camino de Cuaresma con el mensaje del papa Francisco.
Cuando nuestro Dios se revela, comunica la libertad. Esta no se agota en un acontecimiento único, porque madura durante el camino.
Del mismo modo que Israel en el desierto lleva todavía a Egipto dentro de sí, también hoy el pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras que debe decidirse a abandonar. Nos damos cuenta de ello cuando nos falta esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin una tierra prometida hacia la cual encaminarnos juntos. (Ex. 20,2)
Jesús mismo fue conducido por el Espíritu al desierto para ser probado en su libertad. Dios no quiere súbditos, sino hijos. En cuaresma encontramos nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habríamos recorrido.
Más terrible que el Faraón son los ídolos, podríamos considerarlos como su voz en nosotros. El sentirse omnipotente, reconocidos por todos, tomar ventaja sobre los demás todo ser humano siente en su interior la seducción de esta mentira.
Podemos apegarnos al dinero, a ciertos proyectos, ideas, objetivos, a nuestra posición, a una tradición e incluso a algunas personas. Esas cosas, en lugar de impulsarnos, nos paralizan; en lugar de unirnos, nos enfrentarán. Los ídolos nos vuelven mudos, ciegos, sordos, inmóviles a quienes les sirva.
Los pobres de espíritu están abiertos y bien dispuestos; son una fuerza silenciosa que sana y sostiene el mundo. Jesús es de los segundos.
Del Mensaje del papa Francisco en la Cuaresma 2024
Para pensar y orar:
- Cuando Dios se revela, comunica la libertad. ¿Cómo me va liberando Dios?
- Nos damos cuenta de ello cuando nos falta esperanza y vagamos por la vida. ¿Qué ataduras me quitan la esperanza y me hacen vagar por la vida?
- En cuaresma encontramos nuevos criterios de juicio. Mirando a Jesús, ¿qué nuevos elementos de juicio te descubre?
- Más terrible que el Faraón son los ídolos… ¿Qué ídolos me paralizan? Repasa los que nombra el Papa, ¿hay alguno que te tiente a ti?
- Los pobres de espíritu son una fuerza silenciosa que sana y sostiene el mundo. ¿Conoces personas que sean esta fuerza silenciosa que sana y sostiene el mundo? Fíjate en ellas, qué hacen, cómo reaccionan, cómo se relacionan con los demás y con la dificultad… Pide por ellas y déjate contagiar por su pobreza de espíritu.