A mediados de febrero, hace actualmente un mes, un grupo de 18 profesores de los colegios de España, pudieron sumarse a la segunda tanda de Ejercicios Espirituales dirigidos a directivos o antiguos directivos de nuestras obras educativas. Acompañados por María Luisa Berzosa, Ana Cantalapiedra y Blanca Esther Iriarte, tuvieron lugar, un año más, en el marco incomparable de Loyola.
Toda una semana, desde el domingo 12 de febrero por la noche hasta el mediodía del viernes 17 para dedicar «simplemente a sentir y gustar», tal y como reflejaba una de las participantes en su testimonio tras unos días de encuentro profundo con el Señor. Son, sin duda, los testimonios de las personas que han podido disfrutar de esta experiencia los que mejor pueden reflejar lo que han supuesto estos días. En ellos se recogen palabras de gratitud, de esperanza, de reconciliación, de amor, de fuerzas renovadas para la Misión…
Extractamos algún fragmento de los testimonios de 7 de los participantes en esta experiencia, que completa la formación de las personas que se encargan de dirigir las obras educativas, acercándoles de manera vivencial a nuestras raíces ignacianas.
«Hacer ejercicios ha supuesto un paréntesis, para conocerme internamente mucho mejor, quererme a pesar de mis defectos y limitaciones, sentirme amado y perdonado por Dios,entender que ÉL me llama, para hacerse presente en mi vida a través de mis acciones y no para quedarse en mí, si no para trascender a los demás, para dar sentido a nuestras acciones allá donde vayamos» (German López – Piedras Redondas (Almería)
«He vivido, he sentido, he llorado, pero sobre todo he amado. Amado a un Dios que veía lejano desde hace algún tiempo. Pude sentirlo, recibirlo, acogerlo y abrazarlo. ¡Sin duda el mejor encuentro!» (Cuchi Guillén – A Coruña)
«Considero un tesoro haber recibido esta espiritualidad ignaciana que tiene su expresión más genuina en los Ejercicios y que me siento invitada a ofrecerla, a compartirla como un don recibido y que no puedo guardarlo para mí» (María Luisa Berzosa fi – Orcasur-Madrid)
«No estamos habituados en el día a día a un ejercicio de introspección como éste, pero este tiempo de parar, de silencio me han facilitado el mirarme por dentro, reformular mi compromiso teniendo en cuenta que «lo más humano es lo más divino». (Txaro Etxeberría – Tolosa)
«Dios está en lo cotidiano, en el día a día, en las pequeñas cosas que vivimos, que no es ajeno a todo lo que vivimos» (Blanca Esther Iriarte fi)
«¡Gracias, Señor, por haberme regalado esta experiencia! Por haberme permitido disfrutar de ese “sentir y gustar” ignaciano que desde el inicio de la semana ha sido la guía en cada momento vivido» (Víctor Bejarano – Sevilla)
«A nivel personal no ha sido una semana de silencio, sino de escucha profunda. Reconfortada por re-encontrar esa “mirada de Dios” que reconcilia y da sentido a mi “mirada al mundo” y hace que todo vuelva a colocarse. Una mirada tan necesaria en mi “aquí y ahora”. (Elena García – María Reina – Madrid)