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Elección de la Superiora General

mayo 2, 2019

 

Tras dos días de intensa oración, diálogos y ambiente de discernimiento, el día amanecía frío por fuera pero muy caldeado por dentro. Tuvimos la eucaristía a las 9,30h. con Orlando Torres sj, que nos ayudó con sus palabras a comenzar un día especial.  Destacó en su homilía tres ideas fundamentales. La primera, que la experiencia del amor incondicional de Dios es la base de la fe de la vida cristiana. La segunda, que en el camino descubrimos nuestros límites y el Espíritu nos hace resucitar de nuestros límites, de nuestra oscuridad y nuestras dificultades. Y la tercera, que necesitamos el Espíritu para ejercer cualquier misión que se nos encomiende, incluida la del gobierno. Además añadió que Ignacio entendía que el gobierno es personal, espiritual y apostólico. Es personal, es decir, implica relaciones de confianza y de transparencia; espiritual, pues la base del gobierno es el discernimiento, que es acompañar la voluntad de Dios para las personas; y apostólico, porque el sentido del gobierno es para la misión, para ser enviadas allí donde podemos promover la mayor gloria de Dios y el bien de los prójimos..

Estas palabras nos ayudaron a seguir a la escucha de la que Dios quería elegir para ser Superiora General de la Congregación hoy.

Ya en el aula comenzamos con un tiempo de oración en el que invocamos al Espíritu para tratar de hacer lo que Dios quiere. En la mesa presidencial, Inés Ma, la hermana de mayor edad, y la secretaria, Rosa Espinosa. Tras la elección de la nueva Superiora General, Graciela Francovig, un gran aplauso agradecido surgió en la asamblea, acogiendo el querer de Dios. Hubo tiempo de unas palabras de Mª Inez Furtado de Mendonça y de un abrazo de cada una de las electoras, haciendo personal lo que el aplauso había expresado como grupo.

Ya en la capilla, tiempo de agradecer a Dios tanto bien recibido: por Graciela, por su disponibilidad al envío recibido y por Mª Inez, por su servicio al cuerpo en los últimos doce años y por  animar la entera Congregación con generosidad y entusiasmo.

Después, disfrutamos con la comunidad de la Curia de un tiempo de felicitaciones y de celebración compartida y disfrutamos más tarde de una comida con algunas de las hermanas de Italia que se pudieron acercar.

Un vez más terminamos el día con el corazón agradecido y deseando seguir adelante en el discernimiento de lo que Dios quiere hoy para las Hijas de Jesús. Y agradeciendo las felicitaciones recibidas y sabiéndonos acompañadas por tantas personas de todo el mundo.

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