Soy, Mª Jesús Navarro FI. Actualmente estoy en la casa de Pamplona y pertenezco a la
comunidad de Guipúzcoa – Bilbao y Pamplona-.
Podrías decirnos cuál es el balance que haces de estos 50 años de tu V.R.?
Con un corazón lleno de gratitud, lo que me brota desde lo más profundo de mí ser es un: ¡GRACIAS, SEÑOR, POR TANTO BIEN RECIBIDO! ¡Y, cómo callarlo!. El poder compartir con vosotras, algunas pinceladas de mis 50 años de Vida Religiosa, es muy gratificante.
Para mí ha sido “Un tiempo de gracia”. No sabía muy bien hacia dónde iba, pero tenía la certeza que escuché su voz que me decía: Mª Jesús, ¡Ven y sígueme!. Mi corazón se llenó de ilusión, alegría, acompañado de un gran deseo de entrega a los demás. No me faltaba el miedo ante lo desconocido. Lo que sí os puedo decir, es que estaba segura de que no estaba sola. La mirada de Jesús me animaba, me conducía y me acompañaba siempre. Su voz firme me susurraba: “No temas, yo estoy contigo”.
Hoy, le sigo agradeciendo al Señor, el don de mi vocación, me considero afortunada, de ser Hija de Jesús. He tratado siempre, de poner los “dones” que Él me ha regalado, al servicio de los demás, sabiendo que la “tierra que piso es sagrada”, para Dios y para mí.
El poder vivir mi seguimiento, al estilo de Santa Cándida Mª de Jesús, mujer sencilla, intuitiva, firme, valiente, audaz, llena de fe, dispuesta siempre a hacer la voluntad de Dios, “Padre-Madre”. Ha sido gratificante tenerla como referente en mi modo de proceder, he tratado de construir Reino, en cualquier parte del mundo donde he sido enviada.
¿Señalarías alguna experiencia en especial?
Siento que Dios ha ido haciendo historia en mi vida, una historia de amor. He sido tratada con mucho mimo y cuidado en mi propia fragilidad. Agradezco a Dios, el regalo de mi familia, sobre todo por mis queridos padres, sencillos, trabajadores, profundamente cristianos, que sin darme cuenta fueron tejiendo y ayudándome a crecer en la fe y el deseo de ayudar a los demás.
He disfrutado mucho y me he sentido realizada, en las distintas misiones, encomendada, tanto en la pastoral como en otras responsabilidades que se me han dado. Valoro y me siento identificada con la educación a la que he dedicado la mayor parte de mi vida. Considero que es una plataforma con muchas posibilidades para evangelizar y ayudar a la entera persona a crecer.
Otra experiencia especial ha sido el, encuentro, que he tenido a lo largo de mi vida, con tantísimas personas que Dios ha puesto en mi camino, gracias a la capacidad de relación que el Señor, me ha regalado como don, ha sido un medio para compartir mi vida con los demás. Muchas personas han sido referentes en mi vida, algunas ya en el cielo y otras seguimos compartiendo vida.
Mi paso por Bolivia, puedo decir que ha supuesto un antes y un después en mi vida. Su gente, su cultura, su sensibilidad y capacidad para acoger al que llega, me ayudó a ver la vida y el mundo de un modo diferente, a valorar lo de allí y lo de acá, y sobre todo a cuestionar mi modo de vivir y concebir la VR. El compartir vida con los más necesitados me hizo más sensible, capaz de estar más atenta en el día a día a los que sufren. No sabría explicarlo bien, pero algo nació en mí, que aún lo siento como “gracia”.
¿Cuál sería tu mensaje para las hermanas más jóvenes?
Lo primero que les diría: ¡Ánimo y adelante! Si sientes la llamada de Jesús, si sientes que Dios te ama, así, personal e incondicionalmente, y te llama por tu nombre, arriésgate, que merece la pena dar el paso, no lo das hacia el vacío, es Jesús, quien te ha mirado, te ha llamado y te dice como a Zaquéo: “quiero hospedarme en tu casa”.
Les diría también que sean valiente, decididas, que se dejen llevar por el Espíritu de Jesús. Posiblemente tendrán momentos de dudas, miedos, inseguridades, dificultades, soledad, nada de esto os van a faltar. Ante lo nuevo, lo desconocido, somos frágiles, pero Él siempre va a estar a nuestro lado. Les diría: “No dudéis en dar vuestro Sí al Señor, un sí al servicio gratuito, un sí a todos, pero especialmente a los más desfavorecidos. Un sí a construir Reino con otras/os, un sí a una VR. al estilo de Cándida Mª de Jesús”.
Termino diciéndoos, que merece la pena la VR como proyecto de vida, Y sobre todo vivir nuestra vocación como: “gracia, don, regalo” que se recibe para compartirlo con los demás y, por supuesto, vivirlo en plenitud. Jesús, nos necesita audaces y creativas, para mostrar su rostro compasivo y misericordioso a este mundo sufriente, roto y desorientado ¡Ánimo y adelante!.
¿Hay alguna frase o lema que pueda sintetizar esta celebrabración?
- “Sé de quién me he fiado”
- ”Todo es presencia y gracia”