Resumen de la catequesis
En esta catequesis sobre el discernimiento reflexionamos acerca de uno de sus elementos constitutivos, que es la oración. La oración es indispensable para el discernimiento espiritual, porque nos permite entrar en intimidad con el Señor, ser sus amigos, y así poder reconocer lo que a Él le agrada. Esta relación íntima o familiar con Dios también nos ayuda a alejar los miedos y las dudas que pueden turbar nuestro corazón cuando nos disponemos a cumplir su voluntad.
Sabemos que discernir no es fácil, porque no somos máquinas que reciben instrucciones y las llevan a cabo, sino personas. Y en la vida de las personas muchas veces se presentan tantos tipos de obstáculos, sobre todo afectivos. Lo vemos en el caso del joven rico, que quería seguir a Jesús, pero tenía su corazón dividido entre Él y las riquezas. Al final optó por las riquezas, aunque esto lo dejara triste. Por eso, es necesario ser amigos de Jesús, estar abiertos a su gracia, para que Él nos ayude a superar las dificultades y a seguirlo con alegría.
En la vida de la Madre Cándida
¡Qué fácil encontrar a la Madre Cándida hablando de oración y qué fácil, más todavía, encontrar testimonios de su familiaridad con el Señor! Desde aquellas primeras flores a María en Andoain a lo que recoge un sencillo párrafo de «Donde Dios te llame»:
Acostumbrada como estaba ya desde Burgos, me pasaba las noches en oración, para no descuidar durante el día mis deberes, y aprovechaba todos los ratos libres para acercarme por la tarde al Rosarillo, sobre todo en los días de fiesta, y seguir allí rezando, pidiendo al Señor sus luces.
Pág. 42
¿Cómo es tu oración? ¿Qué materia utilizas para orar? ¿Qué tiempo diario le dedicas? Hay muchas formas de rezar, ¿vas descubriendo la tuya? La que te cambia la vida, la que te va llevando a parecerte más y más a Jesús…