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La sinodalidad hay que formarla

agosto 11, 2022

El Sínodo sobre la Sinodalidad representa una fase nueva y apasionante en la vida de la Iglesia. Esta fase profundiza la eclesiología del Pueblo de Dios desarrollada en el Concilio Vaticano II y nos invita a generar procesos de conversión y reforma de las relaciones, las dinámicas comunicativas y las estructuras en la Iglesia.

El curso ha constado de tres semanas y nos han ofrecido algunas dimensiones fundamentales para construir una Iglesia sinodal.

Tres CONFERENCIAS INTRODUCTORIAS preparan el terreno. Las dos primeras comentan, desde diferentes ángulos, el primer concilio de la Iglesia narrado en Hch. 15. Parece que esto de las diferencias de pareceres y las tensiones internas no es algo nuevo En la tercera, Rafael Luciani afirma que no podemos reducir la sinodalidad a un método o implementación de ciertos procedimientos. Toca nuestra propia esencia. Esto hay que formarlo, pues depende de las habilidades relacionales de las personas. Una persona que no sea flexible a los cambios, que no tenga capacidad para ser transparente, será un obstáculo en una Iglesia sinodal.

La PRIMERA SEMANA ha ofrecido algunos criterios que nos ayudan a valorar y profundizar la teología y la práctica del discernimiento en común, así como la construcción de consensos eclesiales.

La Iglesia está llamada a renovarse bajo la acción del Espíritu y gracias a la escucha de la Palabra. Comenzar a poner en práctica procesos de escucha, de diálogo y de discernimiento comunitario, en los que todos y cada uno puedan participar y contribuir. Al mismo tiempo, la opción de caminar juntos es un signo profético para una familia humana que tiene necesidad de un proyecto compartido, capaz de conseguir el bien de todos.

¿Por qué es importante el discernimiento en la vida cristiana? ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Cómo podemos crear consensos? ¿Cómo se tomaban las decisiones en los primeros siglos del cristianismo? Encontramos respuestas a estas preguntas así como algunos testimonios que nos animan a hacer camino.

La SEGUNDA SEMANA se ha centrado en la elaboración y toma de decisiones en la Iglesia. Uno de los grandes desafíos para un nuevo modelo institucional.

Nos dicen en la presentación de este módulo: «Si queremos superar el modelo piramidal y jerárquico de la iglesia y adoptar la sinodalidad como el modus vivendi et operandi de la iglesia, debemos repensar la toma de decisiones en todos los niveles«.

La TERCERA y última SEMANA ha ofrecido reflexiones sobre el liderazgo y la forma de gobernar en la Iglesia, y cómo de esto dependen muchos de los cambios en la Iglesia del tercer milenio.

El contenido de esta semana analiza el liderazgo y el gobierno dentro de la Iglesia Católica, considerando sus orígenes en la vida y el ministerio de Jesús, y discute lo que diferencia el liderazgo sinodal de otras modalidades de liderazgo. Las contribuciones de esta semana también consideran la corresponsabilidad, la cogobernanza, la rendición de cuentas y su papel dentro de una realidad sinodal.

Todos los temas se fundamentan en la tradición cristiana profundizada a la luz del Concilio Vaticano II y leída desde nuestros contextos eclesiales actuales.

Os invitamos, como ya hicimos en junio, a formarnos en sinodalidad para ser ayuda a la búsqueda conjunta de la voluntad de Dios en esta Iglesia del tercer milenio. El curso completo se puede volver a ver aquí

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