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Los residuos del coronavirus

mayo 20, 2020

¿Qué hacer con los residuos, plásticos y no plásticos, del coronavirus?

Si antes de que nos viniera esta situación ya estábamos preocupados en el planeta por el despliegue del plástico y de otros desechos, después de todo este tiempo de confinamiento o aislamiento que llevamos, y el que seguirá viniéndonos por precaución… Es preciso afrontar esta nueva problemática que se suma a la anterior, en torno a los desechos por esta pandemia en el mundo.

Los guantes, las toallitas, las mascarillas y los frascos de desinfectante desechados que emplean las personas para protegerse y proteger a los demás aparecen ya esparcidos en parques, aceras y carreteras de diversos lugares. Este problema no se limita sólo al lugar donde vivimos, sino que residuos similares están causando ya problemas en metrópolis como Nueva York, Londres, grandes ciudades chinas, latinoamericanas… Incluso, han llegado ya hasta deshabitadas islas como Soko, a pocos kilómetros de Hong Kong, China, nos dicen expertos ecologistas. «Hasta ahora no habíamos encontrado tantas mascarillas en un lugar tan remoto”, cuenta Stokes, quien sospecha que provienen de la cercana China o Hong Kong. «Cuando las encontraron, tan solo habían pasado entre seis y ocho semanas desde que se hubiera extendido su uso”.

Sí, guantes desechables, mascarillas y otros equipos de protección individual (EPI) son fundamentales para quienes luchan contra la pandemia y también son muy utilizados por el público. Debido a que no siempre se eliminan adecuadamente, ni tenemos claridad sobre el modo de hacerlo y menos una cultura ecológica…, los ecologistas temen consecuencias negativas para la vida silvestre y la lucha contra la contaminación por estos plásticos. «Si se tiran a la calle, cuando llueve, los guantes y las mascarillas terminan en el mar”, explica Anastasia Miliou, bióloga marina y directora de investigación del Instituto Archipiélago de Conservación Marina, con sede en Grecia.

Los problemas de gestión de residuos son ya sistémicos y por ello, incluso los guantes y las mascarillas que se desechan a la basura pueden terminar en el medio ambiente. También en Hong Kong, donde la basura es rara, existen otras formas en que las mascarillas pueden llegar al mar. «La gente va caminando, saca su cartera y del bolsillo cae accidentalmente una mascarilla e incluso si se echan a la basura, son lo suficientemente livianas como para volar. Y una vez que entran en el agua, representan una amenaza para la vida marina”.

En las aguas de Hong Kong, delfines rosados y tortugas verdes pasan por ese lugar. «Un estudio publicado recientemente mostró que, el plástico acaba poblándose de algas y bacterias cuando lleva tiempo suficiente en el agua y oliendo a comida para las tortugas”.

Por otro lado, los que no acaban en el medio ambiente ni en el mar, tampoco son fáciles de tratar. Solo observemos lo que está pasando ya en el sitio donde residimos. Me impresiona personalmente cuando tengo que salir obligatoriamente por nuestro barrio, ver ya estos desechos tirados de mala manera. Los primeros días se mantenía más la limpieza de las calles, pero ya no importa tirar un desecho de estos en cualquier lugar.

Aunque es comprensible un retroceso en las prácticas de sostenibilidad en una situación de pandemia como la que vivimos, abordar la crisis de los residuos plásticos significa no perder de vista el ciclo completo de un producto, desde su diseño hasta el final de su vida útil. «Esto debería ser lo mismo tanto si se trata de una botella de limonada como de una mascarilla que se utiliza en un hospital”. «Por supuesto, no ayuda esta época de crisis, cuando todo el mundo dispone no solo de una mascarilla, sino de varias”

Por esto, me parece urgente atender lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue expresando que lavarse regularmente las manos es lo que ofrece una mayor protección para frenar el contagio del COVID-19, más que el uso de guantes de goma y aún de mascarillas, aunque sean de tela lavables que ofrezcan la protección necesaria para el público. Y lo que ya las normas ecológicas han ido determinando.

No en vano, el Papa Francisco sigue insistiendo, por todos los medios, en el cuidado del planeta. Ante esta situación, estemos atentos a las orientaciones que se nos ofrezcan para que podamos contribuir a este cuidado y que, lo que por un lado ha ganado el planeta con el descanso de los días de aislamiento no lo barramos con estos residuos… Sé que es bien complejo este panorama…y que pide conciencia global.

Teresa Ramírez FI
Colombia

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