A dos años de la celebración del Sínodo de la Amazonía, y en el mes que la Iglesia dedica a orar por las misiones, hacemos memoria y agradecemos el envío de las dos primeras Hijas de Jesús a la Amazonía.
En el mes de agosto, las hermanas Kenia Cedeño FI y Yomarys Tolentino FI recibieron el envío a colaborar en un proyecto de apoyo a la educación de los pueblos amazónicos participando en la REIBA (Red de Educación Intercultural Bilingüe Amazónica).
Un número de la determinación CG XVIII y la memoria de un reciente envío…
[13] La pobreza en la Madre Cándida es “para ir” a vivir y anunciar el Evangelio. La disponibilidad nos lleva a estar en continua itinerancia interior, a salir de nosotras mismas y a ir hacia los más necesitados. Nos pide ser audaces, como Cuerpo, para llegar a las fronteras del mundo actual y nos dispone a escuchar el clamor del mundo para compartir la Misión de Cristo.
Ya estamos en camino, en estos meses Kenia y Yomarys se están preparando, desde una formación a distancia, en colaboración junto con otros para su futura llegada a inicios del año próximo a territorio amazónico, deseando vivir allí la interculturalidad, intercongregacionalidad e itinerancia que esta experiencia supone.
TESTIMONIOS DE KENIA Y YOMARYS
Como Hija de Jesús, ¿cuál es tu don para ofrecer en la Amazonía?
Kenia: Mi ser entero de Hija de Jesús es el don que llevo a la Amazonía. Mi gratitud por «tanto bien recibido» que allí será traducido en amor y servicio… Llevo también como don la alegría y la acogida.
Yomarys: Cómo Hija de Jesús ofreceré a la Amazonia el don del servicio apasionado por el Reino y mi vocación de educadora. Desde la formación inicial deseé ser docente en escuelas rurales. También mi sensibilidad ecológica.
¿Qué deseos hondos despierta en ti la preparación que estáis realizando?
Kenia: Cada martes y viernes recibimos, junto a otros 15 voluntarios de REIBA, informaciones referentes a la vida en el Amazonas y voy sintiendo con mucha fuerza los retos y desafíos que ese «pulmón-corazón» del mundo plantean… Son para mí voz de Dios que me invita entrar «descalza» en esa tierra sagrada.
Yomarys: La preparación, más que despertando, me está confirmando en mis deseos profundos de ir a donde otras personas no quieren ir. Mi vida consagrada es para servir a los más vulnerables.
Ante este envío, ¿cómo resuena en tu corazón el lema del año jubilar: «Un carisma…»?
Kenia: Me llena de ilusión que este regalo de Dios a Cándida María, este carisma vivo, ahora tenga también rostro amazónico y empiece a ser camino compartido entre las culturas ricas y diversas de ese gran pedazo de nuestro planeta.
Voy feliz, con Dios por dentro y con un canto de vida… plena, ¡como luna llena!
Yomarys: Creo que nuestro envío responde al lema de los 150 años. No dudo de que el carisma está vivo y que el camino hay que seguirlo compartiendo; y qué mejor lugar que la Amazonia que clama colaboración con tanta vulnerabilidad humana y ecológica. Creo que es una respuesta, como cuerpo, de dar de lo poco que tenemos. Acredito que Cándida María está alegre con este envío.
La Exhortación apostólica Post-sinodal “Querida Amazonia”, documento final del Sínodo, sintetiza los sueños de la Iglesia como pueblo de Dios después de hacer un largo proceso. Sueños que necesitan de nuestra parte y nos convocan a cuatro conversiones:
Cultural, la Palabra también se hace Carne en nosotras y nos invita a poner nuestra tienda junto a otros y vivir ese sueño de un nosotros como comunidad fraterna y filial.
Pastoral, volver a nacer del agua y del Espíritu, conectarnos a la gracia del sacramento del Bautismo y sentirnos muy amadas, para manifestar el amor del Padre que hemos recibido, que nos envía ser hermanas de todos.
Integral-ecológica, tomando consciencia de que todos los seres estamos intercomunicados y esta comprensión nos permite crear actitudes de compromiso, cuidado y amor por la Madre Tierra.
Sinodal ampliando el desarrollo de los ministerios y la participación de sus miembros.
Un antecedente importante de este proceso es La Encíclica “Laudato Sí” desde su invitación al cuidado de la casa común y la vivencia de la ecología integral está íntimamente unido a los sueños ya comentados y expresados en “Querida Amazonía”.
Los sínodos son un camino compartido de reflexión en el que participan personas que representan a distintos grupos vinculados a la temática en cuestión. Durante más de un año, las personas nombradas para participar van pasando por distintas etapas.
El proceso sinodal podríamos decir que culmina en un encuentro en el Vaticano donde se celebran las sesiones propiamente del Sínodo. En el post-sínodo se publica el documento que resume las reflexiones principales de los diálogos y el trabajo continúa ya viviendo las nuevas llamadas que el Espíritu hace a la Iglesia-pueblo de Dios, en este caso, presente en tierras amazónicas.
En el año 2017, el Papa Francisco convocó a una Asamblea especial, luego Sínodo para la Amazonia, preocupado por la población del vasto suelo amazónico, especialmente por el pueblo indígena. El 19 de enero de 2018 visitó esta región y pudo contemplar-conocer la realidad con sus propios ojos.
El sínodo para la Amazonía fue celebrado en Roma del 6 al 27 de octubre del año 2019. El documento preparatorio para el sínodo recogió, después del proceso de escucha, los datos del contexto político-social-eclesial amazónico que cual reveló la indiferencia que existe ante la devastación de la fauna y flora de la Amazonía, es decir, el desmantelamiento-deforestación como problema principal y la urgencia de reconducirse hacia una agricultura para la subsistencia.
Junto a ello, la explotación de personas y la destrucción de la identidad cultural, la urgencia y dificultad para atender las demandas pastorales, enfrentando la tensión entre la cultura del lugar y cómo desde la Iglesia ser respuesta de Evangelio desde las circunstancias allí presentes.
Un reto que, como Congregación y carismáticamente, estamos llamadas a vivir en este tiempo…
«…comprometernos, desde todos los ámbitos de nuestra misión, a proteger la casa común y a vivir una ecología integral en comunión con toda la creación, para combatir la pobreza y restaurar la dignidad de los excluidos. Es un reto cultural, espiritual y educativo, inseparable de la justicia social…» (Llamadas en la acción apostólica 5)
Finalmente, para algún momento de oración personal, os invitamos a escuchar la composición musical realizada por el cantautor brasileño Antonio Cardoso. Desde su gran talento musical, nos regaló la banda sonora del Sínodo titulada “Pan Amazónico ancestral” e inspirada en la forma de cultivo que usan los pueblos-familias ribereños de la Amazonía. Antonio, como cantante, ya ha ofrecido su arte en diversas ocasiones colocando en clave musical el tema amazónico, su pueblo, su gente y su cultura.