El calendario litúrgico nos invita desde hace un tiempo a transitar el tiempo ordinario. Sin embargo, este año no es un tiempo ordinario cualquiera: lo vivimos en el marco del Jubileo de la Esperanza.
Esto nos regala una clave para vivir la vida diaria con otros ojos, una mirada que busque los pequeños detalles donde se encuentra esa esperanza, tan necesaria para vivir en estos tiempos. Con esta serie de publicaciones queremos ir descubriendo por medio de los sentidos, aquello que nos despierta esperanza y que nos invita a vivir en esa clave.
La esperanza canta
Esta primera entrega, queremos hacerla desde el canto y la música. Existen muchas que nos invitan a esperanzar, partiendo por el “Himno del Jubileo” en su versión Latinoamericana y Caribeña del CELAM y “Modo Jubileo” de Itala y Juanjo, que se volvió un clásico entre los jóvenes, por los animados pasos de baile que propone.
También, fuera del contexto del jubileo podemos encontrar la “Canción de la esperanza” de Cristobal Fones, letra de Esteban Gumucio y “Eres mi esperanza” de Pablo Martínez.
Por otra parte, podemos escuchar músicas que fuera del ambiente religioso nos hablan de esperanza, como la clásica “Color esperanza” de Diego Torres. De manera especial, te invitamos a dejar resonar en el corazón el canto de Marta Gómez: “La esperanza canta”. Un canto de esperanzas concretas, cotidianas, reales. Esperanzas que son el vivir diario de tantas mujeres.
Todas son melodías que nos recuerdan que, aun en medio de las dificultades, la esperanza no se apaga: sigue cantando dentro de nosotros, suave y constante, abriéndose paso en medio de la vida.
Nombre que nace de un deseo
La esperanza también se hace música en nuestra propia familia religiosa. En Argentina nació un canto muy especial: “Nombre que nace de un deseo”, con música y letra de Dolores Castañeda, Hija de Jesús de la comunidad de la Plata (América Andina), inspirada en la carta Nº 47 de Graciela Francovig, Superiora General, en la que anunciaba la Determinación de la Congregación General XIX.
El video, interpretado junto a Celina García, Asunción Hernández, Hijas de Jesús de la comunidad de Córdoba y Elisabeth Romero de la comunidad de Monterrico, nos regala una melodía que brota de la experiencia compartida y de la fe que nos une. La letra es un eco profundo de la esperanza que simboliza para nuestra Congregación este tiempo de transmisión de la Determinación, invitándonos a caminar unidas, con confianza, hacia lo nuevo que el Espíritu nos regala.
Para esperanzar juntos
Te invitamos a preguntarte…
- ¿Qué mensajes de esperanza escucho en mi vida cotidiana?
- ¿Qué mensajes de esperanza canto o a cuáles sumo mi voz?
Sigamos caminando este tiempo ordinario de esperanza, redescubriendo que la esperanza no es una idea, sino una experiencia que se canta, se mira y se vive día a día.