Amo la bondad, lo que de bueno hay en cada persona, me emociono cuando se manifiesta. Amo el auténtico respeto a cada ser humano, considerarlo en sus circunstancias y que se sienta pleno; por eso me duele tanto dolor en el mundo. Amo las “sacudidas de luz” tras etapas o experiencias duras, que te ayudan a ver que nada es en vano. Me parece pretencioso decir que amo a Jesús, que nos dice con su vida cómo es el Padre-Dios con buenos y malos, su gratuidad, su evangelio; a lo mejor es que me siento amada por Él.
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Vengas de donde vengas, seas como seas… te amamos. Sin condiciones. Aquí puedes conocernos un poco mejor.
Madre Cándida
Ama a su familia, habla con cariño de sus padres, hermanas y abuelos; ama su tierra, los montes de altas y verdes cumbres de Andoain, su pueblo natal, sus ríos de aguas frescas y limpias, las flores silvestres que crecen en sus orillas.
Se siente profundamente amada por Jesús, Dios hecho hombre, al que vive como Padre, cuyo Espíritu desea. Sensible a todo lo que acontece, quiere ser sólo para Dios, hacer en todo su voluntad. Cada paso que da, cada decisión que toma hasta los 24 años de edad (momento en que escucha claramente la llamada a fundar la Congregación) está movida por este deseo: «Hacer lo que Dios quiera y sólo lo que Dios quiera».
Sônia Regina Rosa
Yo amo la vida, y amo vivirla desde el seguimiento apasionado por Jesús, buscando cada día aprender de Él a hacer la voluntad del Padre, a amar y servir con alegría a todos mis hermanos y hermanas, desde mi vocación de Hija de Jesús.
Graciela Francovig
Amo la vida, y a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, fuente de vida y dador de vida.
Amo lo bueno, lo sencillo, lo humilde, lo pobre que se expresa en cada persona con la que me relaciono.
Amo la vida cotidiana, la que “no hace ruido”, pero que nos hace bien; la naturaleza con sus colores y sonidos y, a la vez, su enorme silencio.
Amo las personas, mi familia, mis hermanos, la Congregación de las Hijas de Jesús de la que soy parte y en ella, a cada Hija de Jesús, mis hermanas.
Amo la amistad y los buenos amigos y amigas que la vida me ha regalado.
Amo mi vocación, porque siento que en ella Dios me permite ser yo misma, desde lo más profundo de mi ser…
Madre Cándida
Juana Josefa, Juanitatxo, amaba a su familia, habla con cariño de sus padres, hermanas y abuelos; amba su tierra, los montes de altas y verdes cumbres de Andoain, su pueblo natal, sus ríos de aguas frescas y limpias, las flores silvestres que crecen en sus orillas.