El pasado 2 de abril, coincidiendo con la celebración del Rosarillo, la Superiora general convocó la Congregación general XIX.
Inauguramos un tiempo en el que cada una somos llamada a prepararnos para la próxima Congregación General (CG). Como nuestra Fundadora, dejemos que Jesús, el Hijo encarnado, crucificado y resucitado, sea quien nos introduzca en un nuevo período de vida para el Cuerpo congregacional.
Ahora es el momento de las provincias. La Superiora Provincial convoca la Congregación Provincial (CP) al menos seis meses antes de su celebración. Hay unas Hermanas que participan en ella por derecho propio (la Superiora Provincial, las Consejeras, Secretaria y Ecónoma Provinciales, las Maestras de Novicias y de Junioras y las Superioras nombradas por la Superiora General). El resto van elegidas por todas las Hermanas de la Provincia. Las que participan por elección son aproximadamente el doble de las que lo hacen por derecho propio.
La provincia de España – Italia ha sido la primera en hacer esta convocatoria. La Superiora provincial, María Rosa Espinosa, en una carta circular dirigida a las Hijas de Jesús ha convocado la CP.
Convoco la Congregación Provincial que se celebrará en Salamanca, en el noviciado de Mostenses y comenzará el 28 de diciembre, día que tendrá lugar la primera sesión. Estará precedida de un día de retiro, el día 27.
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El número total de miembros que asistirá a la Congregación provincial será de treinta y nueve hermanas (39), 14 por derecho propio y 25 por elección.
En esta preparación próxima pedimos la intercesión de santa Cándida para que cada Hija de Jesús vivamos este tiempo como escucha al Espíritu que mueve nuestros deseos y despliega la creatividad, como proceso vivido en corresponsabilidad que nos lleva a la CG XIX. Contemplemos, en este camino, el logo propuesto, esas figuras que caminan acompañadas, que conversan por el camino que lleva a la identidad apoyadas en esa línea que las sostiene, acoge y orienta. Que afrontan las dificultades del camino cuesta arriba. Reconozcámonos en ellas y sintamos la presencia de Jesús que camina a nuestro lado, en él ponemos nuestra esperanza.
