Es sábado, 4 de mayo. La Eucaristía ha sido el punto final del encuentro que ha tenido el Gobierno general con las Superioras provinciales y una de sus consejeras en Roma. La hemos celebrado en las Cámaras de S. Ignacio, junto a la iglesia del Gesú. Comenzábamos el lunes, también con la Eucaristía, en la sala de exposición de objetos de la Madre Cándida que hay en la Curia.
El fin del encuentro era, en esta ocasión, seguir preparando la CG XIX. Fue convocada hace un mes, ahora ya no es una preparación “remota”. Ahora las Provinciales compartirán en sus consejos y luego con las Superioras locales la dinámica propuesta para que todas entremos en Congregación General.
En la Eucaristía, presidida por Orlando Torres SJ, nos hemos hecho eco de las lecturas de este día de Pascua, aunque también es S. José María Rubio.
Hablar de amos y siervos no suena bien. Pero hay amos y hay siervos, como en otros tiempos y como los había en tiempos de Jesús. Sabemos de situaciones dramáticas y no podemos olvidarlas.
Desde otro enfoque del tema, podríamos decir que todo ser humano es un siervo. La clave está en que la persona que decimos “libre” elige a quién servir y sabe y da razón de por qué lo hace. Lo que se cumple siempre es que “no es el siervo más que su amo”.
La imagen de Jesús-siervo rompe con las aspiraciones naturales, nuestras aspiraciones “humanas” de estar por encima, “arriba”, de ser más que otros, son las aspiraciones del mundo, entendido según S. Juan. Ya antes de que Jesús nos diga que “el siervo no es más que su amo” (Jn. 15), le hemos visto lavar los pies a los discípulos (Jn. 13). Así es y vive “nuestro Amo”: se adelanta a hacer lo que luego explica. Jesús nos ha presentado una ruptura que le pedimos asumir, porque queremos vivir lo suyo, vivir con Él, ser como Él es para los demás, cada una y como Cuerpo.
Terminamos unos días intensos de “preparación para ayudar a HH y comunidades a disponernos a entrar en CG”. Hemos celebrado nuestro deseo. Todas las Hijas de Jesús albergamos alguno de cara a la próxima CG.
- ¿Qué queremos que sea esa CG?
- ¿Qué queremos de nuestra Congregación, para ella?
- ¿Cómo queremos vivir y cómo queremos que la Congregación que somos viva?
“No es el siervo más que su amo” ¿A quién servimos y queremos servir? ¿al orden de este mundo, a nosotras mismas o a Quien nos da la vida y a Sí mismo con ella?
Que el Señor nos dé lucidez y entrañas, ver en verdad y corazón, ser “como Él, como el Padre”, tener sus actitudes y hacerle presente en nuestro tiempo. Sin olvidar que eso nos va a traer las mismas consecuencias que a Él, ¡porque las trae! Dice Juan que algunos acogieron tu palabra, pero Jesús terminó en una cruz. Que nos dé su Espíritu para no desfallecer en la entrega, manteniendo su postura y sabiendo que Él es nuestra razón.
María Teresa Pinto FI