Después de recorrer la Ruta Madre Cándida, los jóvenes FI de América vivieron un día intermedio antes de continuar hacia Roma, rumbo al Jubileo, en este día visitaron dos lugares muy importantes para la espiritualidad ignaciana y desde este punto Jóvenes FI de España también ha iniciado la peregrinación de esperanza.
Encuentro con los peregrinos de España
A partir de este día, la peregrinación une a jóvenes FI de América y jóvenes FI de España, compartiendo desde este tramo del camino el mismo espíritu, el mismo horizonte y la misma esperanza.
El abrazo, la oración compartida y la alegría del encuentro hicieron visible la universalidad del carisma, que une a la familia de las Hijas de Jesús más allá de fronteras y culturas.



Manresa y Montserrat: en el corazón de la espiritualidad ignaciana
Jóvenes FI de América y España, visitaron dos lugares centrales en el camino espiritual de San Ignacio: Montserrat y Manresa. Allí, en silencio y contemplación, recordaron los pasos de Ignacio en su proceso de conversión y discernimiento.
En Montserrat, el grupo se detuvo ante la Virgen Morena, símbolo de confianza, entrega y nueva vida. Fue un momento para poner en sus manos todo lo vivido y por vivir.



En Manresa, donde Ignacio pasó meses profundizando en su relación con Dios, los jóvenes se conectaron con esa dimensión interior que también la Madre Cándida supo cultivar a lo largo de su vida. A la vuelta de Manresa hicieron una parada breve para acercarnos a la iglesia de Santa María del Mar donde San Ignacio, en una de sus Capillas pedía limosna.



Badalona: punto de partida a Roma
La jornada finalizó en Badalona, ciudad desde la cual el grupo partirá hacia Roma para vivir juntos el Jubileo de los jóvenes. Allí, con el corazón lleno de nombres, rostros, paisajes y memorias, continúa esta peregrinación de esperanza que cruza fronteras y une continentes.