Después de un profundo proceso de 12 años, la tierra de Vietnam ha dado sus primeros frutos con la profesión perpetua de las Hermanas Rosa y Ana Nguyen, marcando así un hito significativo en la historia de la Congregación.
Rosa Nguyen, nació el 10 de marzo de 1986 en la provincia de Binh Thuan, al sureste de Vietnam, Rosa es la benjamina de una familia numerosa con 8 hermanos y 2 hermanas mayores. Su viaje hacia los votos perpetuos comenzó el 19 de marzo de 2012 como aspirante en Ciudad Ho Chi Minh. Tras pasar por distintas etapas, culminó el 2 de febrero de 2024 en la Parroquia de la Esperanza.
Durante su formación, Rosa no solo estudió Teología en el Seminario de De la Salle en Ho Chi Minh City, sino que también desempeñó roles importantes, desde ser asistente en la Casa de Aspirantes hasta contribuir activamente en la parroquia de Dan Tru en la Diócesis de Bac Ninh.
Ana Nguyen, nació el 15 de febrero de 1986 en Da Nang. Ana proviene de una familia donde la devoción es compartida, ya que su hermana mayor pertenece a las Hermanas de San Pablo de Chartres. Siguiendo el mismo camino, Ana pronunció sus votos perpetuos junto con Rosa en la misma ceremonia en la Parroquia de la Esperanza.
El recorrido de Ana incluyó estudios de Teología, seguidos por una dedicación continua a la educación preescolar en la Universidad de Hong Bang en la ciudad de Ho Chi Minh. Su compromiso con la Educación Cristiana Integral de la Madre Cándida la ha llevado a servir donde más se necesita en Vietnam.



Este hito no solo representa un logro personal para Rosa y Ana, sino que también simboliza la integración progresiva del carisma de la Madre Cándida y el espíritu de la Congregación en la cultura local vietnamita. Un reflejo tangible de este proceso es la inspiración que ambas brindan al recitar el voto de obedecer la llamada “a ir a cualquier parte del mundo”.
Al abrazar la comunión espiritual con las Hijas de Jesús en todo el mundo y con aquellos que las rodean, Rosa y Ana expresaron su agradecimiento a Dios, a la Congregación por su aceptación y formación, y a las hermanas por su constante acompañamiento. Su experiencia revela la comunión y la alegría de pertenecer a una familia universal llena del amor de Dios.
En este momento de acción de gracias, recordamos a las hermanas que contribuyeron silenciosamente a su formación, rindiendo homenaje a la recientemente fallecida Edelmira Sánchez FI, y a Inés Ma FI y Fátima Wang FI que continúan guiándolas.




Que la profesión perpetua de Rosa y Ana sea un faro de inspiración para las Hijas de Jesús en formación incial, instándolas a trabajar arduamente en la dirección de la Educación Cristiana Integral de la Madre Cándida. Que la Congregación siga sirviendo con devoción en los lugares donde más se necesite en Vietnam, cumpliendo así el llamado de la Madre Cándida de “ir hasta el fin del mundo en busca de almas”.
Graciela, en su carta número 34, comparte la felicidad que significan estos votos:
El día 2 de febrero, día de la Vida consagrada, hicieron su profesión perpetua en Vietnam las junioras Rosa Nguyen y Ana Nguyen. Fue un día de fiesta muy especial en Ho Chi Minh. Y esto marca una nueva etapa en la historia de la Congregación, ya que Rosa y Ana son las primeras Hijas de Jesús, plenamente incorporadas, de este país. Damos gracias a Dios por ellas y seguimos pidiendo por la encarnación del carisma en esa cultura.
