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1871, de Valladolid a Zamora, 6 de Diciembre (por Teresa Zugazabeitia, fi)

diciembre 13, 2017

 

      …” al fin del mundo iría  en busca de almas…”

… en salida… en búsqueda…

 

Y salta ágil a la diligencia.

Recio el camino: frío, nevadas, hielo pétreo… pocas horas de luz…

 

Han preparado el viaje con prevención femenina.

Ropa de abrigo: que el Tormes no es el Pisuerga. Que hay fríos en Salamanca, que dejan el río como pista de hielo.

Y para el viaje algo de comer y beber: que a Zamora no se llega en una hora.

La certeza teologal y el entusiasmo juvenil pujan y llevan la delantera.

Ya conocemos a los viajeros: el P. Miguel, Juana Josefa, Cipriana, Petra y Gertrudis.

 

Dejando atrás la ciudad contemplan la llanura castellana: surcos mecidos por el arado que esperan acunar la sementera de nueva vida.

Tierra dócil, abierta al agua y al sol.

 

Y al P. Miguel se le ocurre pensar en la parábola del Sembrador…  que la mies es mucha… Preocupado y animado a la vez.

 

Y Juana Josefa  habla de Salamanca a sus compañeras. Ya ha estado con el P. Miguel, hace poco, en Octubre; hospedada en casa de Dña Jacoba de Carlos. Les tranquiliza.  Ya tienen alquilada una casa y desde Valladolid han mandado algunos suministros… Además el obispo está al tanto de todo. Le ha escrito una carta.

 

El sol, ya muy bajo, empieza a ponerse rojizo.

 

Y en tierras zamoranas ya, Petra, comienza a meter baza en la conversación.

Al fin y al cabo es maestra. Y empieza a disertar: la catedral más pequeña y antigua de las castellanas; de estilo románico, dedicada a San Salvador… Haciendo gala de su saber también les habla de  Bellido Dolfos. Lo cuenta tan a lo vivo que sus compañeras se indignan con el traidor.

 

 

 

 

 

Ya oscurece. Después de tantas horas,  la conversación languidece; se adormecen.

Musitan quizá un rosario, antes de espabilarse.

Ya divisan las muy tenues luces de gas de la ciudad. Por fin, la posada.

 

Rendidos,  cena frugal… y a descansar y dormir. Que se hace camino al andar.

Y en este caso hay que madrugar porque de Zamora a Salamanca van a emplear otras siete horas. Y… mucho que bregar por el Reino.

 

Teresa Zugazabeitia F.I.

Bilbao 05.12.17

 

 

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