Llegando al final de este año 2025, se nos abre un tiempo propicio para detenernos, mirar el camino recorrido y agradecer tanto bien recibido. Cada cierre de año es una invitación a reconocer la fidelidad de Dios, su paso silencioso y fecundo por nuestra historia personal y comunitaria.
En este espíritu de gratitud, en esta última semana del año, compartimos una acción de gracias que nos llega desde República Dominicana, donde nuestras hermanas han celebrado 70 años de la presencia de las Hijas de Jesús en esa tierra. Setenta años de misión, de cercanía, de entrega y de esperanza sembrada en la vida de tantas personas y comunidades.
Acción de gracias por los 70 años de las Hijas de Jesús en República Dominicana
El día 13 de este mes de diciembre celebramos con gozo la Eucaristía, acción de Gracias, por los 70 años de presencia de las Hijas de Jesús en República Dominicana. Con un corazón agradecido elevamos nuestra gratitud al padre:
Señor y Dios de la vida, hoy elevamos a Ti nuestra acción de gracias. Setenta años han pasado desde que llegamos a esta tierra Dominicana, y en cada paso, en cada rostro y en cada historia, reconocemos tu mano fiel y tu corazón generoso.
Gracias por habernos llamado, por habernos enviado, por confiarnos la misión de ser signo creíble de tu amor, de tu ternura, de tu cercanía. Gracias por haber puesto en nuestras manos la obra de educar, de acompañar, de formar, de cuidar la vida, especialmente la de los más pequeños y vulnerables.
Gracias por esta tierra que nos recibió, nos abrazó y nos volvió suyas. Gracias porque en cada escuela, parroquia, comunidad y barrio descubrimos tu presencia humilde, tu palabra viva, tu Reino naciendo en lo pequeño.
Te damos gracias por las hermanas que nos han precedido en el camino: por sus vidas entregadas, por su oración silenciosa, por su servicio escondido, por su fe que sostuvo la obra cuando parecía imposible. Ellas son parte de nuestra herencia más hermosa.
Gracias por los obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas, y por tantas personas de Iglesia que nos acogieron, nos animaron y nos acompañaron, confiando en nuestra misión y abriéndonos puertas para servir.
Hoy te damos gracias por tu fidelidad, que es más fuerte que nuestras fragilidades. Porque en estos 70 años, Tú has sido la roca, la luz y el aliento. Has sido quien sostiene nuestros pasos cuando nos faltan fuerzas, y quien renueva nuestra esperanza cuando la misión nos supera.
Gracias, Señor, por cada maestro y maestra, por cada colaborador, por cada familia y cada niño y niña que ha pasado por nuestras manos. Ellos han sido compañeros de misión, y también maestros del Evangelio, mostrándonos tu rostro de alegría, fragilidad, fuerza y esperanza.
Y te damos gracias también por la confianza que has puesto en nosotras: por creer en nuestra pequeñez, por llamarnos por nuestro nombre, por invitarnos a seguir a Jesús desde la educación, con corazón apasionado y humilde.
Hoy, Señor, damos gracias por la vocación compartida con tantos laicos y laicas que, con pasión y entrega, han hecho suya la misión educativa nacida del carisma de Madre Cándida. Ellos son continuadores fieles de la tarea apostólica, guardianes de la esperanza y sembradores de tu Reino en las aulas, en las familias y en la vida cotidiana.
Renueva en nosotras, Señor, el espíritu de María Inmaculada y de Madre Cándida: haznos mujeres de fe, de alegría, de audacia, de servicio; mujeres que saben abrazar la vida, acompañar procesos, sembrar esperanza, curar heridas, y mantener encendida la llama del Evangelio.
Que estos 70 años sean memoria agradecida, presente fecundo y futuro confiado. Que tu Espíritu nos empuje a seguir caminando, soñando, sirviendo y educando, con corazón universal, alegría contagiosa y fidelidad creativa. Finalmente, te damos gracias por este hoy, por quienes estamos aquí, por quienes siguen llegando, por quienes aún no conocemos, pero que serán parte de esta historia que Tú sigues escribiendo con nosotras.
A Ti la gloria, Señor de la vida. A Ti nuestra gratitud, nuestra historia y nuestro mañana. ¡Gracias, Señor!



Unidas en la gratitud y en la misión
Desde otros lugares y realidades, nos unimos a nuestras hermanas de República Dominicana en esta acción de gracias por los 70 años de presencia de las Hijas de Jesús en esa tierra bendecida. Agradecemos con ellas cada paso dado, cada vida acompañada, cada gesto de entrega silenciosa que ha ido tejiendo esta historia fecunda.
Hacemos nuestra su oración y elevamos también nuestra gratitud al Señor por su fidelidad a lo largo de estos años. Que esta celebración compartida fortalezca nuestra comunión, renueve la alegría de la vocación y nos impulse a seguir caminando juntas, con corazón agradecido, esperanza viva y disponibilidad para la misión que Dios sigue confiándonos.






