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Carta N°48 de la Superiora General: Dejemos que el amor de Dios inunde nuestras vidas.

Jun 27, 2025 | Gobierno general, Liturgia - oración, Noticias

La Superiora General de las Hijas de Jesús, Graciela Francovig, se ha puesto nuevamente en comunicación  con todas las hermanas de la Congregación a través de su Carta N°48.

Desde la Casa General en Roma, en este momento  de cambios en el Gobierno general, Graciela comparte con sencillez, gratitud y profundidad lo que se vive en este tiempo.

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

De manera especial, la carta dedica un espacio al día del Sagrado Corazón de Jesús, una solemnidad que nos recuerda el amor inmenso de Dios por la humanidad, manifestado en la persona de Jesús.

Con ocasión de esta fiesta, Graciela expresa con alegría:

“¡Muy feliz día del Sagrado Corazón de Jesús!”

27 de junio de 2025

Y se une a toda la Iglesia para celebrar y contemplar ese Corazón que sigue latiendo de amor y misericordia por cada persona.

Palabras que sostienen: Papa Francisco y el Corazón de Jesús

La Superiora General recoge en su carta un hermoso fragmento de la encíclica Dilexit nos del Papa Francisco, recordándonos esa ternura confiada de Jesús hacia cada uno:

“Él nos susurra al oído: ‘Ten confianza, hijo’; ‘ten confianza, hija’. Se trata de superar el miedo y darnos cuenta que con Él no tenemos nada que perder.”

Y también nos recuerda:

“No temas. Deja que Él se acerque, que se siente a tu lado. Podremos dudar de muchas personas, pero no de Él.”

Ese mismo Jesús espera que le demos espacio para iluminar nuestra existencia, levantarnos y llenarnos de su fuerza, como aquel que prometió:

“No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes.” (Jn. 14, 18)

La imagen del Buen Pastor

La carta también nos invita a contemplar en este día la imagen que la liturgia propone: el pastor que cuida a su rebaño, que no abandona, que sale a buscar, que se desvive por cada oveja.

Jesús es así:

“Amor misericordioso que nos quiere en toda circunstancia: en la soledad, el sufrimiento, el fracaso, incluso en el pecado. Nada puede romper el amor que Cristo nos tiene.”

Dejarse amar y amar

Graciela nos anima a dejarnos inundar por ese amor. A sentirnos queridas para poder, desde esa experiencia, querer a los demás como Jesús los quiso:

Dejemos que el amor de Dios inunde nuestras vidas. Que nos sintamos queridas por él para poder nosotras querer a los demás como él los quiso, dando la vida para que otros la tengan en abundancia, cuidando la dignidad de cada ser humano: la de mi hermana que está a mi lado en la comunidad y la de aquel que está solo, desamparado, inmigrante o desplazado o viviendo una soledad profunda o un sinsentido de la vida. Con ellos queremos seguir siendo Jesús amando a los demás. Que Jesús, bajo cuya devoción hoy nos acogemos, nos alcance esta gracia, la de dejarnos amar y la de amar a los demás.

Y nos recuerda que, con ellos y desde ahí, queremos seguir siendo Jesús que ama.

Con este amor que se entrega, las Hijas de Jesús son enviadas en misión. Uno de los servicios necesarios es el de gobierno.

A continuación, en su carta, Graciela comunica los nombramientos que ha hecho para el servicio de gobierno provincial de España-Italia, de Índico Pacífico, para Maestra de novicias del noviciado chino en Manila y una cuarta consejera provincial en Asia Oriental. 

También comparte que las hermanas Thelma Barbarona y Sonia Regina Rosa ya han regresado a sus Provincias. Con lo que poco a poco se va preparando para que el nuevo gobierno general inicie los trabajos del sexenio.

Oración por la Paz

Para concluir su carta, Graciela hace una súplica:

“Quisiera pedir que nos unamos intensamente en oración por la paz: que el Señor nos ayude a vivir en paz como humanidad y entre nosotras. Estamos viviendo tiempos difíciles y muchas personas, hermanas nuestras, están sufriendo por ello. ¡Señor, alcánzanos la paz como don tuyo!”

Un mensaje que sigue latiendo

Esta carta, escrita en torno a la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, nos recuerda que su amor es la fuente que sostiene nuestra misión y nuestra vida comunitaria. Y que en tiempos de dificultad, ese Corazón sigue abierto, acogiendo, sanando y enviando.

Que esta gracia, la de dejarnos amar y amar a los demás, nos acompañe también hoy.

Hijas de Jesús
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