DÍA GRANDE EN LA CASA DE RETIRO MANRESA
En la solemnidad de la Inmaculada Concepción y el 146 aniversario de la fundación de Hijas de Jesús se enmarcan estas alegres celebraciones de la casa Manresa: las Bodas de Oro de las hermanas Maricel Gorriceta fi, Josefa Palmares fi y Filomena Legaspi fi y las Bodas de Diamante de Milagros Parcon fi, Lucia Cenal fi y Ramona Dureza fi, acompañado de una misa presidida por Edwin Castillo, SJ.
Parientes y amigos de lugares lejanos y hermanas de otras casas y comunidades, antiguos alumnos del Colegio Nazaret e Hijas de Jesús vinieron para participar en este evento. Fue una verdadera celebración alegre de fidelidad, amor, agradecimiento y compasión de Dios, nuestro amoroso Padre, especialmente por estas hermanas que fueron destacadas en la introducción de la misa y durante la homilía. Después tuvo lugar una deliciosa recepción en el refectorio de la casa de retiro, que fue apropiadamente decorado para el evento
BENDICIÓN DEL RENOVADO HALL DE LA INMACULADA
En la tarde del mismo día, el padre Ignacio Marín, misionero comboniano, bendijo el Nuevo hall de la Inmaculada. Una bendición muy apropiada por ser la santa fiesta de la Inmaculada. Los trabajadores de la construcción, junto a las hermanas y algunas personas hospedadas presentes durante la bendición. Después, los trabajadores fueron invitados a una merienda cena como reconocimiento a su trabajo y dedicación para terminar la preparación del hall para el Encuentro Internacional de Laicos que tundra lugar en enero del año 2018.
MIL ALBRICIAS- AÚN SUENA EN EL RECINTO MANRESA
En la víspera de la fiesta, a las 11 A.M. las hermanas –incluidas las hermanas de la casa de formación de la Asia Oriental se reunieron en el interior del jardín de Cándida María de Jesús para rezar el Rosario y un Ángelus solemne que terminó con el cántico de Mil Albricias, una ya alarga tradición de las Hijas de Jesús por todo el Mundo. Fue destacado con el repicar de las campanillas y los gritos de “¡vivas!” y “¡Mil Albricias!” al inicio de la canción. La ocasion estuvo rodeada de una atmósfera muy familiar y de gran devoción y amor a María Inmaculada, a cuyos brazos nuestra fundadora puso a sus hijas.