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Caterina Ciriello, miembro de la UMOFC

noviembre 28, 2024

En la carta número 59 nos decía la Superiora general:

la presidenta de la UISG, H. Mary Barron, ha nombrado a nuestra hermana Caterina Ciriello miembro del Board de la UMOF (Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas). Agradecemos la disponibilidad de Caterina y el aporte que puede ofrecer.

Hemos preguntado a Caterina qué es la UMOFC y cuál es la labor que hará para poder acompañarla mejor en esta nueva tarea que le han encomendado.

¿Qué es la UMOFC?
Es la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas. Fue fundada en 1910 y representa en la actualidad a casi 100 organizaciones femeninas en el mundo. Está activa en más de 50 países en todos los continentes y cuenta con alrededor de 8 millones de mujeres católicas en todas las etapas de la vida.

La UMOFC une a mujeres católicas en el mundo dándoles voz en la plataforma internacional. Desde su creación, la UMOFC tiene estado consultivo en las Naciones Unidas ante el Consejo Económico y Social (ECOSOC), el Consejo de Derechos Humanos (Ginebra), la FAO (Roma), está presente en el Consejo de Europa (Estrasburgo) y es Socio Oficial de la UNESCO (París).


¿Cuál es su cometido?
El objetivo de la UMOFC es: promover la presencia, participación y corresponsabilidad de las mujeres católicas en la sociedad y en la Iglesia, para que puedan cumplir con su misión evangelizadora y trabajar por el desarrollo de los pueblos, particularmente aumentando las oportunidades de educación, reduciendo la pobreza y la promoción de los Derechos Humanos, empezando con el derecho fundamental a la vida.

¿En que consiste ser miembro del Board?
Ser miembro de una organización de este tipo significa, en primer lugar, tomar conciencia del papel y las responsabilidades que tiene a nivel social, político y religioso en el mundo, y asumir plenamente sus valores colaborando en todo lo posible para alcanzar los objetivos que se propone, que son realmente muchos y de gran importancia.

Como representante de la UISG en las votaciones decisorias de la asamblea, no tengo voto, pero se me llama a participar en las reuniones presenciales y también online, en los actos que organiza y a los que me invita el presidente. Por ejemplo, recientemente, el 24 de octubre, hubo una reunión en la Residencia de la Embajada de Argentina ante la Santa Sede sobre «Participación de la mujer en una Iglesia sinodal en misión. Responsabilidades y misterios en respuesta a las necesidades pastorales de nuestro tiempo».

Por supuesto, mi participación también tiene en cuenta mi trabajo en la Universidad. Ya tuvimos el Congreso Anual del 27 de mayo al 2 de junio de este año en Roma, en el que participé con gran entusiasmo e interés.

¿Cómo te sientes con este nombramiento?
La verdad es que estoy muy contenta de tener la oportunidad de colaborar con un organismo tan importante. Siempre he trabajado y trabajo por la promoción de la mujer en todos los ámbitos; lo hago principalmente escribiendo libros y artículos que conciencien sobre el respeto al universo femenino, y haciendo teología femenina, no feminista, que no me gusta. La UMOFC es un lugar donde puedo ampliar mis horizontes y conocimientos al entrar en contacto con tantas realidades de todas las partes del mundo. Sí, estoy realmente entusiasmada y espero poder hacer mucho más, no sólo como representante de la UISG, sino también como Hija de Jesús que quiere llevar un testimonio de paz y justicia al mundo.

¿Qué quieres decirnos a las Hijas de Jesús como miembro de este grupo?
Lo primero que quisiera decir, y creo que es lo más importante, es que debemos estar abiertas a tantas realidades que buscan crear un mundo donde los valores de la fe cristiana estén cada vez más presentes y donde el respeto a la dignidad de la persona sea lo primero. Ya no podemos caminar solas, ser autorreferenciales. Debemos tener el coraje de salir de nuestra caja y pensar en grande, es decir, tener el coraje de vivir el Evangelio colaborando con quienes tienen el mismo deseo de bien que nosotros.

La segunda es que mantengamos siempre vivo el deseo de conocer, de aprender, de no sabérnoslo ya todo, de aceptar las lecciones de vida de tantos laicos y laicas comprometidos, como las mujeres de la UMOFC, que dedican su tiempo a ayudar a las mujeres en todos los rincones del mundo.

Y, por último, aunque tendría muchas otras cosas que decir, apoyarnos siempre unas a otras con la oración y las muestras de cariño, porque la misión es una aunque cada una la llevemos a cabo de manera diferente, allí donde Dios la ha llamado.

Caterina Ciriello, FI Comunidad Curia -Roma-.

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