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Con S de Sínodo = con S de seguir

noviembre 2, 2023

Ecos desde Roma

Hemos terminado la primera Asamblea del Sínodo de la Sinodalidad comenzado el 21 de octubre de 2021.

Es un final de etapa que abre a la siguiente, ya anunciada para octubre de 2024. Es hora de hacer balance de estas semanas vividas intensamente, tal y como recordábamos hace menos de un mes cuando hablamos del tema.

Hemos ido avanzando a buen ritmo aunque el trabajo ha sido fuerte. El Instrumentum Laboris,  punto de partida de la Asamblea, tenía varios capítulos con sus múltiples y variadas preguntas abiertas hacia muchos temas de la vida actual. 

Fuimos avanzando en la metodología de conversación en el Espíritu que ya se nos iba haciendo connatural y que nos ayudaba para el trabajo con el silencio, la oración, el discernimiento.

Cada semana hemos cambiado de grupo, al terminar un módulo y comenzar el siguiente.

Y ese mismo día celebramos la eucaristía en la basílica de San Pedro en diversas lenguas y presentando los variados contextos.

Hemos crecido en conocimiento mutuo, las relaciones entre nosotros nos han permitido gran naturalidad cordial, mucha libertad de expresión y gran respeto para escuchar y ser escuchadas.

Esta posibilidad de abrir la puerta del Aula sinodal a un buen número de personas no obispos, ha ampliado nuestra mente y nuestro corazón.

Nos hemos sentido iglesia  universal, sin perder el asombro por la enorme variedad de contextos existentes en nuestro mundo.

Se hacía cada día muy palpable la teología paulina: hay un solo Cuerpo con muchos miembros, todos diferentes pero todos necesarios. Hemos vivido una fuerte comunión con esa riqueza de intercambios tan distintos, no exentos de momentos de tensión ante posturas a veces opuestas.

Ahora la puerta sigue abierta pues aunque ya hemos salido del Aula, la sinodalidad continúa.

El documento final es una síntesis de todo lo vivido, pero es de naturaleza provisional o transitorio,  como es llamado también, y nos impulsa a continuar el camino para concluir dentro de un año.

Dicho documento volverá a las iglesias locales, a través de las Conferencias Episcopales, y las aportaciones recibidas serán el punto de partida para la Asamblea de 2024. 

Antes de despedirnos hemos dedicado también un tiempo en pequeños grupos y presentado a la Asamblea métodos y etapas que consideramos se pueden ir sucediendo a lo largo de los próximos meses.

La invitación, como la puerta del Aula, sigue abierta para que podamos continuar enriqueciendo ese documento desde las diversas realidades, experimentando la pertenencia activa y real a la iglesia y por tanto ofreciendo nuestros mejores dones-

Y como afirmamos en la Carta al Pueblo de Dios “esperamos que los meses que nos separan de la segunda sesión, permitan a cada uno participar en el dinamismo de la comunión misionera indicada en la palabra sínodo”.

María Luisa Berzosa FI

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