La peregrinación de esperanza de los Jóvenes FI de América continúa su ruta por los pasos de la Madre Cándida en España. En su segundo día, el grupo ha vivido momentos intensos de encuentro, memoria y espiritualidad, caminando por lugares significativos de la vida de Juana Josefa.
Por la mañana en Valladolid, visitaron El Rosarillo, donde contemplaron el retablo, que hoy se encuentra en una capilla con forma de joyero, encargada por las Hijas de Jesús, para guardar este retablo que para la Congregación es una joya . Frente a este retablo la Madre Cándida experimentó una profunda experiencia filial que la llevó a fundar la Congregación. También pasaron por la iglesia donde originalmente se encontraba ese retablo, un espacio que ella frecuentaba para rezar, y que sigue conservando ese aire de recogimiento que inspiró su entrega.



Los jóvenes también recorrieron las calles que guardan la historia de su vida cotidiana, deteniéndose ante las casas donde vivió, entre ellas la ubicada en la Chancillería, que contemplaron desde fuera con emoción y respeto.
Dentro de la Ruta de este día, pudieron detenerse en la «Iglesia del Rosarillo» , Iglesia que ha estado cerrada por más de 50 años, y donde actualmente se puede apreciar una pintura de la Sagrada Familia, que fuera el boceto pintado en la pared de como sería el retablo que actualmente se conserva,
En este lugar, se vivió un momento significativo de la jornada, cuando el grupo de República Dominicana entregó la cruz de los peregrinos de esperanza a todos los jóvenes. Un gesto cargado de sentido y fraternidad, con el que invitaban a todos-as a recibirlo siendo esperanza para el mundo.



Por la tarde, el camino los llevó a Burgos, donde visitaron la parroquia, la fuente y la calle donde vivió, así como el Cristo de la Catedral, testigo silencioso de sus búsquedas y anhelos.
Al final del día, el grupo llegó a San Sebastián, ciudad donde descansarán para seguir la peregrinación con el corazón lleno de gratitud, compartiendo la vida y renovando el deseo de ser, como la Madre Cándida, peregrinos de esperanza.


