Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas1.
Celebrar Pentecostés es agradecer y actualizar que Jesús envió su Espíritu a los apóstoles (Hch. 2, 36), es confirmar que Jesús ha resucitado y ha cumplido la promesa de que Dios se queda con nosotros.
Si el Espíritu Santo ya está entre nosotros, ¿por qué decimos «Espíritu Santo, ven»?
cuando decimos: «VEN…», estamos diciendo: «QUE ME DISPONGA A DESCUBRIRTE»;
cuando decimos: «VEN…», estamos diciendo: «QUE TE ESCUCHE»;
cuando decimos: «VEN…», estamos diciendo: «QUE TE ENTIENDA»;
cuando decimos: «VEN…», estamos diciendo: «QUE TE HAGA CASO»;
cuando decimos: «VEN…», estamos diciendo: «QUE TE VEA»;
cuando decimos: «VEN…», estamos diciendo: «AYÚDAME A DISTINGUIR TU VOZ»;
cuando decimos: «VEN…», estamos diciendo: «QUE ME DISPONGA A BUSCARTE EN Y CON mi comunidad, mis compañeros de trabajo, mis amigos y mis grupos de vida»;
cuando decimos: «VEN…»…
Porque, Espíritu Santo, sabemos que ya estás aquí y que Pentecostés es la fiesta para celebrarlo, actualizarlo, agradecerlo y retomar el camino de la ESCUCHA, te decimos:
Creo, Espíritu de Dios, que existes y estás.
Creo que eres Señor (con el Padre y el Hijo) y nos das Vida.
Creo que no hay división entre vosotros y sois modelo de comunidad.
Creo que hablaste por los profetas, que guiaste a Jesús
y que deseas hacer lo mismo con cada uno de nosotros.
Creo que nos hablas todavía.
Creo que necesitamos escucharnos para buscar juntos tu Palabra.
Creo…
Y tú, ¿en qué crees cuando dices «Ven, Espíritu Santo»?
¡Feliz Pentecostés 2023!
1 Credo Niceno-constantinopolitano