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Verano en el juniorado

September 16, 2024

Una vez finalizado el año lectivo de estudios dos hermanas de la comunidad del juniorado iniciamos la experiencia de verano acompañando junto a los laicos la primera etapa de campo de trabajo en Almería. Participaron 41 adolescentes de nuestros colegios. Animando y brindándoles la oportunidad de tener un acercamiento con las personas de estos lugares, compartiendo la vida, espacios de oración, formación y con el servicio en estas realidades. Seguido de esto, estuvimos en Javier (Navarra), donde realizamos los ejercicios espirituales de 8 días y estuvimos acompañadas por Clara Echarte FI que, desde el inicio, nos invitaba a caer en cuenta de que íbamos a pasar unos días de vacaciones con quién más nos ama.

Estos días fueron un ir adentrándonos en la experiencia de la mirada amorosa de Dios trinidad que, con su gracia, fue abriendo espacio en nosotras para ponerse en el centro de nuestro corazón, darnos luz y reconocer su paso por cada una de nuestras vidas; llenándonos de fuerza y confianza en Él para seguir respondiendo a su llamada y poder en todo amar y servir.

Esta experiencia personal con Dios, que fue calando nuestro corazón, nos dio la oportunidad de entrar en contacto con las raíces de San Ignacio y de la Madre Cándida.

Fue un regalo poder pasar por Loyola y celebrar la Eucaristía en la capilla de la conversión, precedida por el P. Juan José Etxeberría S.J. Después nos invitó a hacer un recorrido por los lugares más significativos en los inicios de la vida de este santo.

Continuando con este itinerario interior, nos dirigimos a Andoain: a la tierra y al caserío natal de nuestra querida Madre Cándida. Allí nos recibió la comunidad de nuestras hermanas. Nos adentraron en la casa y también en la historia “donde todo empezó”. Ese primer contacto con un lugar tan significativo para nosotras nos ayudó a comprender más la vida de la Madre, los valores que recibió en el contexto en que se crio: la caridad, la austeridad, la sencillez y el sentido de ser familia.

Todo eso nos remite a lo que como Hijas de Jesús estamos llamadas a vivir: el experimentarnos hijas de un mismo padre y hermanas de todos, que a la vez nos lleva a decir como la Madre Cándida: “donde no hay sitio para mis pobres, tampoco hay sitio para mí”.

Antes de finalizar nuestra experiencia de verano, hemos podido compartir con nuestras hermanas de las distintas comunidades de enfermería (Granada, Valladolid, Salamanca, y San Sebastián).

Este tiempo ha sido un regalo que nos ha llenado el corazón al poder escuchar y contemplar la fidelidad de Dios en ellas, agradeciendo el testimonio de sus vidas, el don de su alegría y buen humor; su mirada de esperanza, su amor a Jesús, que sigue siendo centro de sus vidas, y su entrega disponible y generosa a la Congregación. Esto nos invita a vivir con alegría y enfrentar con Él las dificultades que se nos presentan en el camino de seguimiento.

Comunidad Juniorado Internacional – Granada

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