El pasado sábado 17 de septiembre un total 52 alumnos del Grado 11 del Colegio de las Hijas de Jesús en Iloilo viajaron a Dao (ahora llamada ciudad de Tobias Fornier), acompañados de sus profesores Mariviluz Legayada y. Michael Sales para visitar a las familias indígenas. La furgoneta escolar estaba llena de suministros y otros materiales para la experiencia de inmersión de dos días, también con las Hijas de Jesús Emma Quinquero y Georgita Hormillosa.
Esta experiencia es un plan combinado de sus profesores Marivi, Mike y Georgette, para sumergirse en las tareas de cada materia (las religiones del mundo, cultura, política, economía y teología), pasar el día con estas familias (34 casas en total). Armados con sus preguntas y actitudes para las entrevistas, se pusieron en marcha para encontrarse con sus familias IP.
Llegó la hora del almuerzo, y los alumnos no sabían qué hacer mientras hablaban con sus nuevas familias. ¿Por qué? No había ningún movimiento por parte de la familia para preparar sus alimentos para el almuerzo, mientras que los estudiantes tenían su propia comida preparada! La solución pasaba por elegir: o dar todo de su almuerzo a la familia y pasar hambre, o comer su almuerzo y dejar que les miren! Y todos ellos eligieron compartir. Fue una fuerte revelación para los alumnos que entonces experimentaron lo que era tener hambre realmente.
Para finalizar el día, los estudiantes caminaron con sus familias a la sala de barangay (del barrio) – una caminata de dos kilómetros – donde tuvieron algunas actividades de socialización y, finalmente, la entrega de bolsas de regalos llenas principalmente con arroz y café (el alimento básico de las familias). Para terminar, los alumnos tuvieron una pausa para el baño en un centro turístico cercano, y después visitaron el centro de formación de la Parroquia de San Nicolás de Tolentino, donde les recibieron los sacerdotes.
No fue una sorpresa que la cena fue abundante, PERO insuficiente! Nadie se sorprendió, ya que los alumnos estaban compensando dos comidas principales del día! Después de la cena, el padre Jomar hizo el resumen de la experiencia para terminar el día en acción de gracias.
El domingo fue maravilloso con la Eucaristía con el padre Jomar y luego las despedidas… Volviendo cada uno a su casa, muchos dijeron: “La vida nunca va a ser lo mismo!”.
Por Mike, Marivi y Georgette fi (Iloilo, Filipinas)