CONOCIENDO UN POCO MÁS USG/UISG
En Roma, los días 26, 27 y 28 de Mayo, han celebrado su asamblea general, la Unión de Superiores Generales (USG), cuyo presidente es Arturo Sosa, de la Compañía de Jesús, y la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), cuya presidenta es Jolanta Kafka, de las Misioneras Claretianas.
Por primera vez las dos Uniones han celebrado su asamblea conjuntamente. Graciela Francovig, nuestra Superiora General, ha participado en ella.
El tema ha sido muy sugerente y actual:
“Hacernos hermanas, hacernos hermanos:
la vida consagrada al servicio de la fraternidad en un mundo herido”.
Teniendo en cuenta la situación que vivimos, la Asamblea ha sido online, entre las 13.00 y las 16.00 hora de Roma.
Hemos pedido a Graciela que nos diera información de cómo se ha desarrollado esta Asamblea y también que compartiera sus vivencias más significativas de estos días.
Ella tuvo una intervención junto a otro superior general, a quienes se pedía algo testimonial y el título era: “¿Qué significa para mí hacerme cercana a mis hermanas y a las personas heridas?”.
Pero como ha accedido amablemente a la petición, le hemos formulado algunas preguntas y es mejor escuchar su experiencia en directo.
1 ¿Podrías explicarnos en qué ha consistido esta Asamblea conjunta?
Esta Asamblea conjunta, de superioras y superiores generales, fue una iniciativa que ha tenido cada una de las Uniones, motivadas por el pedido del Papa a los religiosos del tratamiento de Fratelli Tutti y también por el camino de sinodalidad al que vamos preparándonos como Iglesia.
Al estar en época de pandemia, lo hemos hecho por Zoom, pusieron una fecha tope de inscripción. Éramos alrededor de 250 participantes. Sabemos que la vida religiosa femenina tiene un número mucho mayor, pero se cuidó que los números fueran equitativos. Como no nos conocíamos, en marzo y abril hemos tenido, de manera optativa, una pre-asamblea para “ponernos rostro”. Estos encuentros previos fueron de un día y sencillamente dialogábamos sobre alguna pregunta siempre referida a la encíclica. Fue una buena preparación para el encuentro al que nos referimos.
2 ¿Qué ha significado el desarrollo del tema elegido?
El primer día, después de la presentación de ambos presidentes, escuchamos el testimonio de una superiora general y de un superior general. En este caso éramos el superior general de los Hermanitos de Jesús y yo.
Se nos pidió un testimonio de nuestra vida en torno al nº 115 de FT. “El servicio mira siempre el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos las padece y busca la promoción del hermano”.
El segundo día tuvimos una ponencia del Cardenal Antonio Tagle sobre las raíces bíblicas de FT. Y el tercero y último trabajamos las conclusiones de los dos días anteriores, a partir de un largo tiempo de diálogo en grupos lingüísticos.
3 ¿Cuál ha sido la metodología seguida?
Me pareció una metodología dinámica y creativa, con los medios tecnológicos que actualmente tenemos: una presentación inicial y trabajo por grupos lingüísticos a partir de preguntas preparadas para profundizar la presentación hecha. Y al final, en la asamblea general, se recogía el día con la ayuda de una persona externa, mediante la técnica del ‘graphic recorder’.
Los grupos teníamos nuestras puestas en común con una palabra o una frase. Era interesante descubrir qué se resaltaba más en los grupos lingüísticos, podían verse tendencias acentuadas en la vida religiosa de unos y otros lugares. ¡Muy interesante!.
4 ¿Qué señalarías cómo más significativo para ti?
Lo más significativo, no sólo para mí, sino para todos, ha sido el compartir de las dos Uniones. Fue un compartir de gran calidad, de un nivel profundo, de sentirnos realmente hermanas y hermanos. Una fraternidad que nos ha traído consolación en esos tres días. Creo que el Espíritu hizo con nosotros más cosas de las que se proponían los organizadores. Superó toda expectativa.
Destaco también la sencillez en las relaciones, la cercanía, la búsqueda y desafíos que llevamos a cabo juntos, compartir lo que está suponiendo la pandemia para nuestras congregaciones. El mundo está herido, nuestras sociedades están heridas y nosotras, nosotros, somos parte de ese mundo y también nos encontramos vulnerables y -por qué no decirlo- heridos en nuestras comunidades.
5 Seguramente que tienes algún mensaje para la Familia Madre Cándida, ¿cómo lo formularías?
El mensaje-deseo es que leamos Fratelli Tutti, en primer lugar. Hay muchas conferencias, encuentros, explicaciones de la encíclica, pero no sé si todos nos hemos encontrado directamente con ella. El carisma de la M. Cándida, en el que la filiación es una gran nota, trae como consecuencia la fraternidad, porque somos hijas/os entonces somos hermanos.
Pero “tenemos que hacernos hermanas, hermanos”. Esto no es algo que se da automáticamente, ni naturalmente. Hay que hacer ese proceso de salir al encuentro del otro. Que seamos una Familia en salida, al encuentro con el otro, y que caminemos juntos en esta Iglesia que quiere impulsar, cada vez más, este camino de sinodalidad.
¿Deseas añadir algo más?
Agradecimiento a Dios y a todos mis compañeros y compañeras de servicio de superiores generales, porque en estos días pudimos descubrir la sorpresa de sentirnos así “hermanos, hermanas”.
Muchas gracias, Graciela; es un estímulo saber que caminamos cada vez más en fraternidad. Eso nos ayuda para continuar.
María Luisa Berzosa, FI -Roma-