Es, sin lugar a dudas, la mejor radiografía sobre el continente africano que podemos leer en España. Y sobre cada uno de los países y las regiones. Porque África no es un país, ni un continente uniforme. Estamos hablando de 55 estados, de 1.215 millones de habitantes. «Es un continente demasiado complejo como para unificarlo con el término ‘los africanos'», apuntaba este mediodía Javier Fariñas, redactor jefe de Mundo Negro, durante la presentación del «Especial África 2016».
Un amplio informe que nos muestra un continente poliédrico, muy alejado de la visión «tercermundista» que todavía hoy tenemos desde Europa. Un análisis de África, de varias Áfricas, que como explicó Jaume Calvera, director de la revista, «pretende ofrecer una información actualizada del continente en su totalidad, con una lectura vertical de todos los datos, y una interpretación horizontal de los mismos».
La portada, y su contra, ya supone una declaración de intenciones: un continente en negro sobre blanco en la primera página, y su revelado en negativo en la última de ellas. «Queremos homenajear y reconocer a los hombres y mujeres africanos, con sus luces y sus sombras», aclaró.
Por su parte, Javier Fariñas subrayó cómo «dentro de 15-20 años, el continente tendrá más mano de obra que China e India juntas», pese al «silencio informativo» sobre el continente, que sin embargo cada vez es menor. Y es que la visión de Mundo Negro es «afro-optimista», y subraya cómo el continente está cambiando, en pleno movimiento. Cerca de un 45% de sus habitantes ya viven en ciudades, y cuatro de cada diez son menores de 15 años. El continente más joven del mundo, el que tiene más futuro.
«África se mueve, está en movimiento en lo político, aunque sigamos teniendo presidentes ‘eternos’, pero han cambiado un tercio de sus líderes en estos tres años», apuntó Fariñas. También está cambiando la ciudadanía, que desde la ‘Primavera Árabe’ «se ha levantado, y quiere ocupar un espacio público que hasta ahora no tenía». Con una importante deuda externa, pero también con fugas de capital: desde los años 70, 1,7 billones de dólares se han fugado del continente.
«Hemos intentado que los africanos sean protagonistas», resaltó Fariñas. Por ello, la voz cantante de la presentación la tuvo Mbuyi Kabunda, presidente de la Asociación de Africanistas, quien se preguntó si en África hay crecimieno o desarrollo. «África hoy es la región del mundo que más crece. ¿ha contribuido a la mejora de los ciudadanos? No creo. Los índices de pobreza se han triplicado. Es un crecimiento sin desarrollo».
Como ejemplo, apuntó que la deuda externa ha pasado del 120% del PIB al 25, lo cual podría ser buena noticia. «Pero todo lo que se ha hecho es dar prioridad a pagar la deuda externa, en detrimento de las exigencias internas. ¿Cuántos niños no han podido ir a la escuela, cuántos han muerto?» Para Kabunda, «África necesita un cambio estructural, necesita romper con la dependencia y la humillación. África ha dado el primer paso de cambio, cualitativo».
«No somos ecuaciones, ni cobayas. Se han experimentado todos los modelos de desarrollo en el continente africano. Nunca se ha contado con la participación de los propios africanos. Africa tiene 700 millones de móviles, pero muchos de los que lo usan no tienen agua potable», denunció.
Preguntado sobre el avance del fundamentalismo islámico y de la cooperación entre las religiones de cara a la paz, el experto calificó de «preocupante» el avance del yihadismo, especialmente en el Sahel, «una zona de nadie, donde los movimientos mafiosos han desarrollado tráficos de armas, de materias primas y de personas», y la intención de éstos por aliarse con Boko Haram. «Alguien tiene que asumir esa responsabilidad». En África existen 220 millones de católicos, 405 millones de cristianos no católicos, y 518 millones de musulmanes. «El proceso de liberación de África arrancó con la implicación de la Iglesia para exigir cambios», concluyó.
Por Jesús Bastante