La primera cosa que dicen nuestras Constituciones sobre la comunicación es que Dios se comunica. Comunica su gracia, comunica sus bienes… Se comunica a la persona (CFI 4). Ese es, también, el principio de los EE en la 15ª anotación: “…en tales ejercicios espirituales, más conveniente y mucho mejor es que, procurando la voluntad divina, el mismo Creador y Señor se comunique a la persona espiritual, abrazándola en su amor y alabanza y disponiéndola por la vía que mejor podrá servirle adelante” (EE 15). Es esta comunicación de Dios y esta disponibilidad de la persona para la comunicación de Dios la base de la vida espiritual.
DIOS SE COMUNICA
El cristianismo es una de las religiones monoteístas, mas lo que caracteriza la fe cristiana es que, siendo monoteísta, no es ‘monista’. El cristianismo confiesa un solo Dios, pero no un Dios solo, solitario, cerrado en sí mismo. El cristianismo confiesa que Dios es comunión perfecta de tres personas diferentes, es decir: es, en Sí mismo, comunicación.
Cuando nos enseñaron el dogma de la Trinidad nos explicaron, tal vez ya lo olvidamos, las “procesiones” de la Trinidad: El Hijo que procede del Padre y el Espíritu que procede del Padre y del Hijo. Nos explicaron y, tal vez hasta alguna vez lo oramos, cómo se dan las relaciones entre las tres personas divinas, diferentes: total apertura, acogida y donación, transparencia, de donde nace la comunión perfecta. Y nos hicieron aprender de memoria las características de las relaciones intra-trinitarias: sin fusión, sin absorción, sin separación.
Por Pilar de la Puerta FI