Cada 8 de septiembre celebramos con alegría, junto a toda la Iglesia, la Natividad de la Virgen María, un día en que recordamos el don de su vida como mujer empoderada por el amor de Dios. En María contemplamos el sí generoso que abre camino a la esperanza, la ternura que nos acerca al misterio de Dios y la intercesión maternal que acompaña a la humanidad en su historia.
Hoy, al recordar su nacimiento, queremos poner bajo su cuidado maternal una súplica especial: que nos regale la paz en el mundo. La guerra, la violencia y las divisiones nos recuerdan lo urgente que es pedir su intercesión para que la paz sea posible en cada corazón, familia, pueblo y nación.
Este día se entrelaza también con dos conmemoraciones internacionales que nos invitan a mirar la educación como un derecho y un camino de paz:
Día Internacional de la Alfabetización
El 8 de septiembre se recuerda el Día Internacional de la Alfabetización. En este caso es la UNESCO quien invita a recordar a los responsables de formular políticas, a los profesionales y al público en general, la importancia crítica de la alfabetización para crear una sociedad más alfabetizada, justa, pacífica y sostenible.
Día Internacional para Proteger la Educación de Ataques
Por otra parte, justamente el 9 de septiembre, las Naciones Unidas invita a celebrar el Día Internacional para Proteger la Educación de Ataques (ONU). Ningún niño o niña debería arriesgar su vida por estudiar. Los ataques contra la educación en zonas de conflicto han alcanzado niveles alarmantes. Durante el último año, se produjo un aumento del 44 % en los ataques contra escuelas, lo que provocó la muerte, el secuestro y el trauma de miles de estudiantes y profesores. Estas violaciones amenazan no solo la vida de las personas, sino también el futuro de comunidades enteras.
Es por ello, que hoy, al recordar el nacimiento de María, mujer sencilla de Nazaret, pedimos por su intercesión el don de la paz, que Ella, como maestra de fe, nos enseña a cuidar la vida y a abrir caminos de fraternidad. Que en su Natividad renovemos nuestro deseo de ser constructores de paz y defensores de la educación como semillas de un mundo más humano y fraterno.
Preguntas para nuestra oración y compromiso personal
- ¿Qué le pido a María, Santa María de la Paz? ¿A qué me compromete mi petición?
- ¿Cómo puedo ser portador/a de paz en mi entorno cotidiano?
- ¿Qué acciones concretas puedo asumir para apoyar y promover la educación, sobre todo en contextos vulnerables?
