El pasado 24 de octubre los colaboradores laicos de «Manresa Retreat House», de Quezon City, hicieron su peregrinación a las cinco Iglesias Jubilares de la Arquidiócesis de Manila. Fueron acompañados por algunas hermanas de Manresa Retreat House y Tahanan Candida María de Jesús, y unas jóvenes hermanas vietnamitas y chinas con Madeleine Capistrano fi.
Éramos 23 peregrinos en total. Fuimos al Santuario del Santo Cristo, Santuario Arquidiocesano de la Divina Misericordia, Santuario Nacional del Sagrado Corazón, Iglesia Parroquial Nuestra Señora de los Dolores y Catedral de Manila.
Rezamos el Rosario mientras nos dirigíamos a las diferentes Iglesias del Jubileo. ¡Nuestros jóvenes colaboradores laicos estaban tan recogidos en la oración como las hermanas! En cada iglesia, recitamos la Oración del Año de la Misericordia antes de entrar por la Puerta Santa. Recibimos nuestro Pasaporte de Peregrino de la primera iglesia, el Santuario del Santo Cristo, donde un oficial de la parroquia nos recibió calurosamente y nos orientó sobre la iglesia y las actividades para los peregrinos. Allí pedimos por las intenciones del Papa Francisco y fuimos al cementerio conventual para orar por los muertos. Antes de marcharnos presentamos nuestros pasaportes para el sello propio de la iglesia.
En el Santuario Arquidiocesano de la Divina Misericordia (Ciudad de Mandaluyong), rezamos la Coronilla de la Divina Misericordia frente al altar principal ante una enorme pintura de la Divina Misericordia. También veneramos la reliquia de Santa Faustina y pedimos por la salvación de los pecadores. Ante la imagen del Cristo Crucificado recordamos a los que sufren en mente, cuerpo y/o alma. Luego bajamos al Columbario y oramos por los difuntos.
En el Santuario Nacional del Sagrado Corazón (Ciudad de Makati), rezamos la oración de la Novena al Sagrado Corazón, después de lo cual oramos por las almas en el purgatorio ante el Cristo Crucificado al lado del columbario. Antes de partir visitamos la Capilla de la Adoración por unos instantes. Muchos de nosotros escribimos fervorosamente peticiones fuera de la capilla y las metimos en la caja de peticiones.
Luego nos dirigimos a la cuarta iglesia, Nuestra Señora de los Dolores (Pasay City). Fue allí donde hicimos una pausa y rezamos el Ángelus a las 12 del mediodía mientras la campana de la iglesia resonaba. En cada iglesia podíamos dar donativos, y en ésta era para el Apostolado de la Prisión. Después del almuerzo, fuimos a nuestra quinta y última Iglesia del Jubileo, la Catedral de Manila (en Intramuros, Manila), verdaderamente impresionante. En la enorme Cruz del Jubileo que contenía una reliquia de la verdadera Cruz de Cristo, hicimos una pausa mientras muchos de nosotros venerábamos la reliquia con un beso. Algunos dijeron una petición especial mientras ponían la mano sobre la reliquia. En la gran imagen de bronce de San Pedro Apóstol, oramos por las intenciones del Papa. Rezamos por los muertos en la Capilla de las Almas Benditas y luego pasamos algunos momentos con el Santísimo Sacramento expuesto en la Capilla de la Adoración de San Pedro. Luego bajamos a la cripta donde cuatro de los antiguos arzobispos de Manila fueron enterrados, y oramos por ellos también. En la Capilla de San José algunos dieron una donación para los desamparados. Terminamos nuestra peregrinación rezando delante del altar principal donde está entronizada la Inmaculada Concepción.
Mientras miraban con aprecio sus Pasaportes de Peregrino, los rostros serenos y alegres de nuestros colaboradores laicos y sus compañeras reflejaban un rastro de su encuentro del día con nuestro Dios de misericordia. Esperamos que este encuentro continúe dando fruto en nuestra vida cotidiana, «infundiendo nuestras acciones, actitudes, estilo de vida y la misma vida con la más pura cualidad de misericordia que Dios, a través de Su Hijo Jesucristo, nos ha demostrado y regalado tan generosamente», como dijo el cardenal Antonio Tagle, arzobispo de Manila.