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Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María

diciembre 7, 2024

«La obra no es vuestra, es de Dios»

Hoy es día de celebración y de memoria agradecida por la fundación de nuestra querida Congregación. A la vez, celebramos como Iglesia la Solemnidad de María Inmaculada. “Habéis sido escogidas para fundamento de la Congregación Hijas de Jesús, que hoy mismo y con este acto comienza a levantarse en la Iglesia, bajo el amparo y tutela de la Virgen Inmaculada cuya fiesta hoy celebramos”, en palabras del P. Herranz.

La M. Cándida y sus cinco compañeras dieron el paso que tenían que dar aquel 8 de diciembre y abrieron un camino de vida de evangelio para muchos. Es un día que invita a colocarnos junto a la M. Cándida y sus primeras compañeras, también nuestras, y sentir con sus sentimientos. Día de familia, de tocar raíces, de renovar afectos, de entrar en lo esencial de nuestra vida consagrada de Hijas de Jesús.

Este 8 de diciembre tiene un matiz especial por el momento que nos toca vivir: estamos ya en el tiempo de las congregaciones provinciales, que preparan el camino para la Congregación general XIX. Este es un tiempo de gracia, en el que el Espíritu Santo querrá comunicarnos muchas cosas. Por eso deseamos estar atentas, prontas, preparadas, alegres y disponibles. ¿Qué quieres de nosotras, Señor? ¿Adónde nos quieres conducir? ¿A quiénes nos quieres enviar? Preguntas que pueden disponer nuestro corazón para acoger la voz del Señor. Su voz nos llegará a través de tantas peticiones como ya fueron discernidas en las comunidades y que continuarán su proceso hasta llegar al gran discernimiento de la CG.

Como Congregación, podríamos celebrar nuestro aniversario contemplando a María. Ella supo guardar en su corazón todas las cosas y aprendió el verdadero silencio evangélico. Miramos a María que nos enseña a callar, a guardar las cosas en el corazón, esperando que Él nos revele más de Sí mismo y a hablar desde ahí. Con María Inmaculada aprendemos a hacer silencio en nuestro interior para poder escuchar mejor los susurros de Dios y para hablar con valentía en los momentos que convenga hacerlo.

Vivamos con alegría los 153 años de vida congregacional y traigamos a la memoria a esa nube de testigos que nos precedieron en el camino. Estamos seguras de que hoy interceden por nosotras.

Me despido deseándonos a todas una fecunda fiesta de la Inmaculada y del 153 aniversario de nuestra fundación. Que la gratitud por nuestro pasado despierte en nosotras sentimientos de alegre esperanza por el presente que vivimos y el futuro que soñamos, “amando a la Congregación tal como es, asumir su vida y su realidad como un todo y entregarse a Dios en ella con toda la persona” (LVAF 1).

Recemos las unas por las otras.

Superiora general, Graciela Mirta Francovig – De la carta circular número 40

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