Cada mes de junio, la Iglesia nos invita a contemplar el misterio del Corazón de Jesús: un corazón que late por amor a la humanidad, que se entrega sin reservas y que sigue llamando a vivir desde la compasión y la misericordia. En este día del Sagrado Corazón, queremos acercarnos a esta devoción desde dos fuentes que nos son muy queridas: la espiritualidad ignaciana, raíz profunda de nuestro carisma, y el espíritu de la Madre Cándida, quien supo descubrir en ese Corazón el lugar de su consagración, su confianza y su misión.
Hoy, cuando el mundo entero vive tiempos de incertidumbre, violencia, guerras, migraciones forzadas y fracturas sociales, contemplar el Corazón de Jesús es también un acto de compromiso y esperanza. Es reconocer en ese Corazón herido la urgencia de construir caminos de paz, de cuidar la vida y de ser testigos de un amor que no excluye, sino que abraza y sana. Que esta solemnidad nos despierte el deseo de ser en medio de nuestra realidad sembradores de reconciliación y de paz.
La devoción en la espiritualidad ignaciana
Cuando San Ignacio habla de “ir siempre creciendo en devoción” lo que significa esta palabra es familiaridad con Dios y más exactamente todavía, facilidad para encontrar a Dios. El secreto para esta devoción está en buscar y hallar a Dios en todas las cosas. Se trata de una devoción contemplativa que encuentra a Dios en todo, en todo lo ama y sirve, porque una auténtica devoción de afecto lleva a una devoción efectiva. En este sentido devoción es también una actitud de acatamiento y disponibilidad ante la voluntad de Dios. La devoción como gozo o consolación no es una devoción distinta, es una gracia, un don de Dios, al que también la persona se puede disponer. La devoción por la que se llega a descubrir, amar y servir a Dios en todo, lleva también a la persona a experimentar facilidad, prontitud, gozo y suavidad en ello. […] Lo característico de la devoción vivida en clave ignaciana es procurarla en todas las acciones y situaciones de la existencia. 1
El Corazón de Jesús en el espíritu de la M. Cándida
Como buena hija de su tiempo, la Madre Cándida tuvo mucha devoción al Corazón de Jesús; sin duda le sirvió de estímulo su contacto con la Compañía de Jesús, encargada de propagarla.
El contenido de esta devoción iba muy de acuerdo con su manera espiritual de ser: se trata de movernos al amor, la consagración y la reparación, teniendo por fundamento el amor infinito de Cristo; la Madre Cándida es muy sencilla y no se siente molesta con la sensibilización de lo sobrenatural mediante un simbolismo.
En cuanto a la reparación, la M. Fundadora tiene un sentido muy vivo del pecado, de las faltas. Ante los mismos fallos en la observancia, su reacción es de profundo dolor. Y se une al Cristo doliente de nuestra redención, llena de compasión y deseos de consolarle.
En cuanto a la consagración, es como una exigencia del amor redentor de Jesús; se interesa porque sus casas y las niñas estén consagradas a Él. 2
Menciona esta devoción en diecinueve cartas de las editadas. En la última en la que aparece mención explícita al Sagrado Corazón de Jesús, del 12 de julio de 1912, a menos de un mes de su muerte, anima a una joven aspirante a ser Hija de Jesús, a ser constante y fiel en su vocación y a apoyarse firmemente en el Corazón de Jesús y en María, para vencer con ellos todos los obstáculos que encuentre en su camino. En toda la carta valora la llamada al seguimiento de Cristo.
“Sé constante y fiel en tu vocación, y, aunque el enemigo te ponga muchos obstáculos y suscite a otros para que intenten quitártela, tú refúgiate en el Corazón sacratísimo de Jesús y bajo el manto maternal de nuestra Purísima Madre y no temas.” (Cartas MF 468)
Y en otra anterior a la misma joven le expresa:
Estás muy presente en mis oraciones, y pido muy de veras al Sagrado Corazón de Jesús y a la Inmaculada, nuestra Purísima Madre, te concedan todas las gracias necesarias para que siempre y en todo cumplas la voluntad divina. […] Aquí, las novicias, no se diga, pues todas son muy animadas. Las que vinieron de ahí están muy bien y contentísimas. Ese mismo día tomó una el hábito […] y otra lo tomará el 23 de este mes , fiesta del Sagrado Corazón de Jesús; y están para venir algunas más; así que todas animadisimas. Pide en tus oraciones por todas, que sean verdaderas Hijas de Jesús, y continúa pidiendo por esta tu madre, que no te olvida en sus oraciones (como lo deseas en la tuya) y te bendice, sva. en Cto., Cándida María de Jesús. 3
Que, como Madre Cándida, sepamos apoyarnos en el Corazón de Jesús para seguir siendo hoy verdaderas Hijas de Jesús, anunciando con alegría su amor y misericordia.
Para contemplar, agradecer y vivir
- ¿Cómo vives la devoción desde el sentido ignaciano de la palabra “devoción”?
- ¿Qué lugar ocupa hoy el Corazón de Jesús en tu vida?
- ¿De qué manera puedes ser reflejo de su amor, su compasión y su misericordia en medio de tu realidad cotidiana?
Que esta Solemnidad no sea solo una fecha, sino una oportunidad para volver al corazón de nuestras vidas, para dejarnos mirar, abrazar y enviar desde el Corazón de Jesús. Que su amor nos renueve por dentro y nos regale el don de la paz: paz para nuestro corazón inquieto, paz para nuestras familias, paz para nuestras comunidades y para este mundo herido que tanto la necesita.
- Vocabulario de las Constituciones. HIJAS DE JESÚS. Celia Amorós FI y María del Pilar Linde FI. 1989 ↩︎
- ESPIRITUALIDAD DE LA MADRE FUNDADORA escrito por la Comisión Precapitular sobre la Espiritualidad del Instituto. Capítulo General Especial- 1969 ↩︎
- Carta MF 420 a Srta. Leocadia 3 junio 1911 ↩︎



