He visitado el juniorado internacional de Granada en octubre, como estaba previsto. Me acompañó Sonia Regina Rosa. Hemos tenido unos días para entrevistas personales, un encuentro comunitario y otro con la comunidad formadora. Sonia aprovechó también para visitar y conocer lugares de apostolado de las junioras y hermanas perpetuas. Las junioras están en lo que es propio de sus procesos personales y formativos. Ellas manifiestan gratitud a la Congregación por cuánto se les ofrece.
He valorado mucho la relación fraterna que se da entre ellas, una comunidad internacional, intercultural e intergeneracional. Me confirmaron que es posible vivir unos vínculos sanos de ayuda entre nosotras, de apoyo, de salir de nosotras mismas, de salvar la proposición del prójimo. Agradezco al Señor este juniorado internacional, concebido de esta manera y que aún tenemos que seguir construyendo. Al caminar vamos descubriendo aspectos que deben ser reflexionados y discernidos. Manifiesto también un profundo agradecimiento, por supuesto, a la Maestra de junioras, que se entrega “con alma, vida y corazón”. Del mismo modo, a las otras perpetuas que forman la comunidad formadora. Nos formamos más con lo que vemos vivir que con la teoría aprendida, ¡aunque la teoría es muy necesaria! Gracias hermanas, por ese buen testimonio y ese hacer diario con el que contribuyen al buen ser del Cuerpo. Sigamos todas rezando por nuestras formandas y formadoras.
También tuvimos un encuentro en Madrid con el personal de FASFI. Hemos estado atentas a su presentación y dinámica innovadora. Hay aspectos que tienen que seguir profundizándose en nuestro hoy para garantizar que FASFI siga manteniendo el fin para el que fue creado.
Agradecí al Señor cuánta ayuda podemos ofrecer entre todos, y recíprocamente, al mundo entero. Recordamos, una vez más, que todos somos hijos y hermanos.
CC de la Superiora general número 39 – 31 octubre 2024