En la primera parte de esta entrega, recordábamos aquel 24 de septiembre de 1903, día en que Santa Cándida María de Jesús y las primeras Hijas de Jesús pronunciaron sus votos perpetuos, sellando un “para siempre” que marcaría la vida de la Congregación. Aquella entrega inicial abrió un camino de fidelidad que llega hasta nuestros días.
Queremos enriquecer esa memoria viva con las voces actuales acercándonos en primera instancia, a las Hijas de Jesús que se están formando y dando sus primeros pasos en la vida consagrada: postulantes, novicias y junioras. Sus testimonios nos muestran con frescura y sinceridad cómo el camino de fidelidad comienza a trazarse desde los primeros compromisos, y cómo cada etapa de incorporación tiene su propio peso y belleza en la vida de la Congregación.
POSTULANTES
Hanna Nokrek – postulante de Bangladesh.

«Al escuchar la palabra «votos perpetuos», sentí ganas de llorar. Me pregunté: «¿Puedo llegar a esta etapa? Me senté a orar y le pedí al Espíritu Santo que me ayudara a ver. Escuché los movimientos de mi corazón, y me sentí bien, feliz y en paz. Me di cuenta de que esta es la vida que he estado buscando. Deseo profundamente ser un día una Hermana Hija de Jesús perpetua. Gracias por esta pregunta; me ayuda a afirmar mi vocación a la Vida Religiosa en la Congregación de las Hijas de Jesús»
Frasiska Emiliana Sesil – postulante de Indonesia.
«Para mí, hacer mis votos perpetuos como Hija de Jesús es una gran alegría, ya que pertenezco plenamente a la Congregación de las Hijas de Jesús. Estoy agradecida porque me entrego totalmente a Dios y me comprometo a hacer su voluntad. Me apasiona servir a mis hermanos y hermanas en la misión dondequiera que me envíen, sin elegir el lugar que prefiero»

NOVICIAS
Jeniffer Castillo Otero – Novicia de 2do Año, República Dominicana.

“Para mí la profesión perpetua es un acto de amor incondicional que une a la Hija de Jesús para siempre con Dios, con la Iglesia y la Congregación, abrazando su misión de llevar la esperanza y el amor de Jesús a través de su vida. Es la respuesta generosa a una llamada, que se concreta en un «SÍ», pero que se vive y se renueva cada día en el servicio a los demás”.
JUNIORAS
Francisca Wu – juniora de primera etapa en Granada
«Mis votos perpetuos expresan una afirmación más profunda de la llamada de Dios sobre mí y de mi respuesta a Él. Tal como expresé en mis votos temporales, me comprometo a vivir dentro de las Hijas de Jesús según sus Constituciones. Tras años de preparación durante mis votos temporales, impulsada por la experiencia de vida y un anhelo interior, ahora deseo vivir de esta manera para siempre, siguiendo a Jesús y sirviendo a Dios»
Crystal Bermejo – Juniora de segunda etapa, Filipinas.
«La Profesión Perpetua se trata del amor y la fidelidad de Dios hacia mí, a los que respondo con compromiso y fidelidad. También significa aceptar la responsabilidad de cuidar el cuerpo de la Congregación con su gracia, dondequiera que sea enviada»

Cintia Malaquias, de Brasil – Juniora de segunda etapa en Argentina.

«Es decir sí a la vida movida por el vínculo con el Señor, con la determinación y disposición de ofrecer y compartir, en lo pequeño y simple, lo que tengo, lo que soy»
Estos testimonios nos muestran que el camino de fidelidad comienza desde los primeros pasos en la vida consagrada y que cada etapa de incorporación es una oportunidad para descubrir la profundidad de la llamada de Dios. Sigue leyendo los testimonios de hermanas de votos perpetuos para conocer cómo el “para siempre” sigue vigente en la vida de la Congregación.
También podemos preguntarnos por nuestra propia consagración, ya sea en la vida religiosa o en la consagración bautismal. ¿Cómo la vivimos? ¿Qué nos da sentido? Y, sobre todo, ¿cómo descubrimos en ella una llamada a hacer posible el Reino aquí y ahora?



