María Luisa Berzosa FI, que cada mes nos cuenta la actualidad del Sínodo, y Altagracia (Iris) González FI, participarán en la Asamblea del Sínodo como expertas y facilitadoras. Una gran noticia para la Congregación.
A continuación, puedes leer su crónica sobre el listado del Sínodo y clicando abajo de la página en la palabra «Sínodo», que aparece en cursiva y subrayada, encontrarás todas las entradas anteriores.
Cuando aún no se ha cumplido dos años del comienzo del Sínodo de la Sinodalidad -octubre 2021- y nos situamos en aquel momento no podíamos imaginar el paso que se acaba de dar ya efectivo, con nombres y rostros concretos de personas que estaremos en al aula sinodal en el próximo mes de octubre.
Hemos hecho un largo camino con muchas luces no exento de sombras. Sin embargo, el proceso sinodal ha seguido su itinerario con las fases indicadas: diocesana, continental y ahora enfocamos a la universal.
Ciertamente el proceso ha seguido un ritmo coherente y desde la invitación universal a participar en el mismo, se podía intuir que este paso era lógico y por tanto esperado, porque si hemos caminado como pueblo de Dios, estas mismas voces deberían tener su lugar de escucha en el aula.
La publicación de la lista de participantes con sus diversos apartados, que indican grupos distintos de lugares de procedencia y responsabilidades de las personas, es un escenario maravilloso de pluralidad, de universalismo, de carismas múltiples, de presencia geográfica y moral, de vocaciones …
Se hace vivamente real el texto bíblico que nos acompañó desde la Etapa Continental:
«Ensancha el espacio de tu tienda, las cortinas extiende, no te detengas; alarga tus sogas, tus clavijas asegura; porque a derecha e izquierda te expandirás, tu prole heredará naciones y ciudades desoladas poblarán» (Is 54,2-3).
No nos hemos detenido -siguiendo el consejo del profeta Isaías- y hemos ampliado el espacio de la tienda. Vamos a entrar en el mismo muchas personas llevando la voz de otras tantas, no es un privilegio ni título personal, es sentirnos parte del Pueblo de Dios que camina y desea esa iglesia que acoge la vida de nuestro mundo, que acompaña y anima, haciéndose cargo de sus dolores y gozos.
Deseo profundamente que sigamos en escucha activa, mutuamente y juntos todos al Espíritu que nos irá guiando por dónde avanzar en el camino de Comunión-Participación-Misión, a través del discernimiento, de la conversación espiritual, de seguir aportando como miembros activos que deseamos pertenecer, con conciencia de adultos en la fe, construyendo desde dentro y no como meros espectadores.
Agradecemos este gesto de nuestro Papa Francisco que nos compromete y desafía y por eso nos impulsa a no detener el paso ni silenciar todo lo que pueda construir una iglesia más parecida a la que Dios sueña.
María Luisa Berzosa González, FI
