Un camino de 9 días de oración, discernimiento, reflexión, fraternidad y mucho compartir la vida. El material que nos llegó, fruto de la reflexión de las hermanas y los laicos, fue nuestro suelo sagrado, sobre el cual nos ocupamos durante estos días.
El Espíritu del Señor estuvo con nosotros y, por eso, estamos felices y agradecidas.
En la evaluación final, explicitamos cuánto hemos sentido un verdadero clima fraterno, una única comunidad formada por 33 hermanas, buscando juntas, sin barreras de cultura, de idioma, de localidades y edades diferentes. ¡Un grupo alegre!
En la eucaristía de clausura el P. Agnaldo, SJ nos recordaba que el Espíritu nos asistió y posibilitó que, llenas de Él, pudiéramos ver con los ojos de Dios y sentir con el corazón de Dios.
Al final, ungimos a la Provincial Dayse Agretti y a las cuatro hermanas elegidas: Altagracia Ventura, Melba del Pilar, Sonia Maria Rocha, y Sonia Regina Rosa y las enviamos a la Congregación General XVIII.
¡Nos quedan los agradecimientos!
Agradecemos, primero a Dios, por las tantas gracias derramadas, abundantemente, sobre nosotros, en ese tiempo.
Agradecemos a la Hermana Dayse por ayudarnos, con unción, suavidad y ternura, a mantenernos en clima de discernimiento y por tanto aprendizaje.
Agradecemos a los equipos de servicios por facilitarnos el camino, el enfoque y la encarnación: Comisión de Tratamiento de Asuntos, Secretaria y vices, Moderadoras, Escrutadoras, Comunicación y Liturgia.
Agradecemos también a los técnicos de los portales, sitios y blogs que hacían llegar a cada uno, cada una, las noticias de nuestro caminar.
Agradecemos, además, al personal de servicio de la Casa Santísima Trinidad que, con generosidad, cuidaba de nuestras fuerzas y energías con una alimentación sana y un ambiente propicio.
Por último, agradecemos también a cada hermana, laico/a, amigos/as, a los internautas de las redes sociales, por las oraciones, mensajes de estímulo y unión y por el acompañamiento cercano.
Que Dios nos conduzca a todos por sus caminos.
Mantendremos encendida nuestra llama de la oración por la CGXIII.
Con María y Santa Cándida, nuestro abrazo fraterno.
EQUIPO DE COMUNICACIÓN