Convocadas y comprometidas a formar comunidad fraterna que tiene como centro a Jesús
“Alimentando el buen deseo y la necesidad de ayudarnos mutuamente con un granito de arena para crecer en el bienestar de cada ser vivo, reflexionemos sobre la TOLERANCIA”.
“Anhelamos ser grupos fraternos, amorosos, donde se respire amor evangélico, respeto a la diferencia de la otra persona… Anhelamos ser comprendidas desde nuestras propias limitaciones. Cuando CADA UNO DE NOSOTRAS/OS requerimos que se nos comprenda, se nos disculpe una falta, se nos entiendan las razones por las cuales reaccionamos o actuamos, etc., abogamos a la TOLERANCIA de la otra persona, de quien comparte mucho o poco tiempo de su vida con nosotras, y a quien agredimos, tantas veces, sin querer. “Hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que quiero” nos recuerda San Pablo.
PERO… cuando es la otra persona quien nos agrede, quien requiere nuestra comprensión y todo lo demás… ¿Qué tan TOLERANTES estamos dispuestas a ser?
Por qué nos cuesta entender de fondo que TODAS LAS PERSONAS estamos en iguales condiciones, que tanto TÚ como YO esperamos lo mismo de las demás, que todas tenemos debilidades que esperamos sean disculpadas -no juzgadas ni señaladas-, y esperamos igual grado de TOLERANCIA. ¿Por qué para mí pido MUCHA y yo doy tan poca?
¿Por qué tendemos a creer que nuestro dolor, frustración, alegría, posesiones, educación, conocimiento, creencias, vivencias, etc. son más valiosas que las de cualquier otro ser vivo?
Antes de reaccionar frente a alguien, TOMEMOS CONCIENCIA Y PONGÁMONOS PRIMERO EN LOS ZAPATOS DE LA OTRA PERSONA e intentemos sentir lo que esa persona siente en ese instante, visualicemos su mundo para siquiera saber un poco la razón de su conducta o respuesta y cuando te hayas respondido ¿Siendo él cómo me agradaría que me respondieran, trataran, etc.? Entonces sí ACTÚEMOS”.
Una de las frases válidas para la relación en cualquier lugar del planeta, más allá de la cultura, de las creencias, convicciones… es: “Haz al otro lo que te agradaría que te hicieran también a tí y ADEMÁS, lo que a él le gusta.
“Puesto que yo soy imperfecta y necesito la tolerancia y la bondad de las demás personas, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio” -Gandhi-
TERESA RAMIREZ F.I.