Las experiencias significativas se conocen por su cuidado en el inicio y cierre. Ésta nuestra cabe ahí. La ruta de salida de este tiempo nos ha permitido la recogida de los frutos, la oportuna acción de gracias, la fiesta y el envío. Para ello hemos tenido tiempo de calidad para diálogos con la Superiora General, peregrinación de grupo, evaluación orante, clausura, encuentro sobre la experiencia del Sínodo, visita a la casa Regina Pacis. Ahora solo podemos enunciar estos momentos que han conformado nuestro ritual de cierre. Cada una en su comunidad local está invitada a contar un poco más, porque las buenas nuevas son para pasarlas adelante, a los hermanos y hermanas.

Ir a Asís es siempre una experiencia de verdadera fe compartida con tantos peregrinos que con tanta piedad y devoción pisan esa tierra sagrada; es siempre tiempo para sentir a Francisco y dejarnos confrontar por él, por su radicalidad en el seguimiento de Jesús, por su coherencia de vida. Asís nos regaló un hermoso día comunitario lleno de Dios.
La mañana de evaluación orada nos permitió, entre otras cosas, compendiar nuestra acción de gracias en algo significativo para cada una. Al compartirlo, participamos de un sentir común: el Señor nos salió al camino haciendo posible la comunicación más allá de las dificultades del idioma y de modo especial que, las Constituciones son una fuente de consuelo y luz para nuestras vidas. Este día, disfrutamos de un entrañable momento en la sobremesa, con el Gobierno General, en una conversación de familia.


El final de la clausura inició con las palabras de nuestra Superiora General, Graciela Francovig FI, con las que nos envía y anima a hacer vida lo que aquí hemos experimentado. Gracias Graciela y contigo y en ti agradecemos a todas las hermanas del Consejo y de la Casa curia que nos han acompañado más de cerca durante este tiempo. Luego de esto, seguimos con la eucaristía, dando gracias a Dios porque ha hecho camino con nosotras y en nosotras. Nos hizo gustar la internacionalidad del Cuerpo y nuevamente nos coloca en salida, nos envía a ser impulso de esperanza y consuelo en el camino, como lo expresan nuestras Determinaciones. Finalmente, tuvimos un gustoso almuerzo compartido con todas las hermanas de la Casa curia en un ambiente sencillo, familiar y festivo.
Gracias a todas y todos que nos han acompañado en este tiempo con sus oraciones. Seguimos unidos.