“En cuanto a los sufrimientos, no deja de haber; pero yo, con mi Jesús crucificado, confío salir victoriosa.”
Santa cándida – Carta 143, mayo de 1898
Día 2 delTriduo en preparación a la fiesta de la Madre Cándida en el Jubileo de la Esperanza
“Todo lo puedo en aquel que me conforta.” — Filipenses 4,13
En este segundo día, descubrimos que la esperanza no niega el dolor. La esperanza lo atraviesa. La Madre Cándida no vivió ajena al sufrimiento. Conocía el peso de las dificultades, la incertidumbre, la enfermedad, la soledad. Pero ahí, justo ahí, decía con fuerza: “yo, con mi Jesús crucificado, confío salir victoriosa.”
Y yo también, Madre Cándida. Porque cuando todo parece hundirse, hay una fuerza que sostiene. Cuando el dolor aparece, hay una luz que no se apaga: la esperanza.
Hoy, esa confianza nos invita a caminar. Tal vez no entendamos todo lo que ocurre, pero confiamos en un Dios que nunca abandona. Las coincidencias dejan de ser casualidades y se convierten en diálogo, guía y sentido.
Somo invitados a detenernos y preguntarnos:
¿Qué cruces estoy llevando hoy?
¿Dónde puedo encontrar señales de esperanza en medio del dolor?
Vuelve al corazón de la Madre Cándida, sus cartas son un testimonio vivo de esperanza. Léela completa aquí: