Una vez constituida la CGXVIII, la Superiora General, Mª Inez Furtado de Mendoça, FI, ha pronunciado el discurso de apertura de la misma, que ha tenido lugar el lunes, 22 de abril. Tal y como recoge el Reglamento de la Congregación General, en él ha hecho un breve resumen de la finalidad de la CGXVIII y de los asuntos que han de ser tratados en ella.
“Empezar la CGXVIII en la semana de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo no será simplemente una coincidencia más en nuestra historia; sin duda, forma parte del plan del Padre que desea decirnos algo con ello”, ha comenzado diciendo Mª Inez.
Tras esto, ha hecho un recorrido por todo el proceso previo a la Congregación General, desde que el 2 de abril del año pasado se convocara el encuentro hasta hoy, pasando por la celebración de las diferentes Congregaciones Provinciales “Las Hijas de Jesús, una vez más, congregadas para dar vida a este Cuerpo que vive en ritmo alternado de dispersión-congregación”.
Una ha sido la pregunta que ha acompañado este proceso, según recordó Mª Inez en su discurso: “¿A qué nos llamas, Señor?. “Nos toca buscar con alma, vida y corazón, y escuchar la respuesta del Padre a nuestra pregunta. Lo haremos acompañadas por Jesús e iluminadas por su Espíritu”, dijo.
“No olvidemos… nos reunimos convocadas por Jesús, como vida consagrada en la Iglesia y también como ciudadanas del mundo. Que cada día ensanchemos nuestros horizontes y no permitamos que esta casa esté habitada solo por nosotras durante estos días”, expuso la Superiora General recordando el peligro de que la Congregación sea el único horizonte de este encuentro olvidando así que se trata de un servicio de Iglesia en el mundo.
