LUZ DE PASCUA Ain Karem
Claridad. Luz resucitada.
Claridad. Luz resucitada vienes a mí.
Claridad. Luz resucitada.
Claridad. Luz resucitada vienes a mí.
Inundada por tu luz, escucho sin dudar.
Inundada por tu luz, escucho sin dudar:
«No es tiempo de llorar.
Suelta, abandónate a mí.
Suelta todo, abandónate a mí.
Yo soy luz en ti.
Suelta, abandónate a mí.
Suelta todo, abandónate a mí.
Yo soy luz en ti».
Alegría de vida en mí
sale a flote en este naufragio.
Alegría de vida en mí
sale a flote en este naufragio.
Tú eres la luz del mundo
y me llamas a ser… yo misma, con otros, contigo.
Tú, mi buen Jesús, vencedor de todas mis muertes.
Tú, mi buen Jesús, vencedor de todas mis muertes,
cantas en mí:
«Suelta, abandónate a mí.
Suelta todo, abandónate a mí,
Yo soy luz en ti.
Suelta, abandónate a mí.
Suelta todo, abandónate a mí.
Yo soy luz en ti».
Claridad. Luz resucitada.
Claridad. Luz resucitada vienes a mí.
Claridad. Luz resucitada.
Claridad. Luz resucitada vienes a mí.
PARA ORAR:
Escucha la canción de Ain Karem. Déjate inundar por su alegría de Pascua. ¡El Señor está vivo, ha resucitado!
Escúchale cómo sale a tu encuentro, en lo cotidiano de tu vida, cuando andas distraída en otras cosas… y te dice:
«No es tiempo de llorar.
Suelta, abandónate a mí.
Suelta todo, abandónate a mí.
Yo soy luz en ti.
Suelta, abandónate a mí.
Suelta todo, abandónate a mí.
Yo soy luz en ti».
