Este domingo escuchamos a Isaías decir: “Desbordo de gozo con el Señor… porque me ha elegido… y me ha enviado… para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados…”. Como María dirá en el Magníficat, como Juan Bautista dirá a los que le preguntan. “No soy yo el Mesías”, solo soy quien prepara sus caminos.
El Módulo 3 de la formación en liderazgo en la vida consagrada, de las uniones de religiosas y religiosos UISG y USG tiene por título TEJEDORAS DE COMUNIÓN. “Tejer” es algo que recibimos de nuestros antepasados, es artesanía, cada persona tiene que saber hacerlo, tiene que aprenderlo, es una combinación de colores y tactos que, cuando están armonizados, es muy bello. Tejer, ejerciendo el servicio de la autoridad con el poder que tenemos, es crear comunidad para que sea capaz de dar respuesta a los problemas y retos que la misión nos plantea. Tejer porque hay que hacer algo, no es automático.
El tema de este módulo es LA AUTORIDAD Y EL PODER. Maneras erróneas de concebir la autoridad y el poder llevan a la división, al conflicto. Mientras que maneras correctas de ejercerlos contribuyen al buen funcionamiento de las comunidades humanas, a su cohesión y a que estén al servicio de su finalidad.
En la segunda parte del módulo, nos presentan cómo, desde la emergencia y desde ciertas actitudes, se van creando o se pueden crear comunidades al servicio de un propósito.
Como siempre, dejamos unos apuntes por si ayudan al visionado del vídeo.
El PODER tiene que ver con características principales de individuos y grupos. Es la capacidad de un persona o grupo para influenciar y controlar a otras personas. Es una característica personal. Su origen está en el conocimiento, los recursos, dones, estatus… No sigue ninguna jerarquía. No está legitimado.
La AUTORIDAD tiene que ver con roles en un sistema determinado. Es una forma de derecho legal, de dar órdenes y tomar decisiones. Es otorgado según la posición que ocupo. El origen está en la posición o cargo. Sigue un orden jerárquico. Reside en la designación. Está legitimada.
Hay muchos tipos de poder: personal (lo tenemos todos y va con nosotros), instrumental (objetos que tengo a mi disposición y puedo utilizar o no), proyectado (el que otras personas ven en mí, a veces sin saber por qué), oficial (relacionado con el cargo que ocupas), social (personas o grupos que tienen posibilidad de influenciar qué decisión se va a tomar), cultural (influencia para definir qué es lo correcto), económico (controlar cómo se utilizan las finanzas), político (tomar decisiones que afectan a una mayoría), legal (capacidad de decidir qué se puede o no puede hacer).
En un sistema humano, estos tipos de poder pueden ser utilizados adecuada o inadecuadamente. El poder es intrínsecamente bueno y necesario pero se puede utilizar adecuadamente o no.
Hay tres maneras de comprender la autoridad (fuentes):
– Desde “arriba”: Hay una fuente de la autoridad que es otorgada por un nivel superior. La Congregación General se la da a la Superiora General.
– Al mismo tiempo, eso necesita otra fuente que es “desde abajo”, necesita un mínimo de confianza de las hermanas.
– Desde “dentro”: ¿Qué me digo yo? Un mínimo de confianza en mí misma para lo que se me ha dado.
Si no tienes estas tres fuentes, va a ser difícil ejercer la autoridad. El poder puede usarse, y se usa a menudo, sin una autoridad correspondiente. La autoridad no se puede ejercitar adecuadamente sin el poder correspondiente.
En mi ejercicio de liderazgo, ¿cómo relaciono el poder que tengo y la autoridad que me es otorgada, quién está al servicio de quién? El poder es la competencia, la autoridad el mandato.
Algunas situaciones que pueden darse:
Cuando ejerzo la autoridad que se me ha otorgado sin el poder que ello requiere es como una silla que ha perdido una pata. Va a tener dificultad para quedarse de pie. Necesito el poder necesario para ejercer una autoridad dada.
Cuando la autoridad me viene de dentro, aunque no tenga el poder, se me da desde dentro. Viene de la convicción de estar en el mundo para algo. Todo no depende de fuera. Hay un poder y una autoridad que me viene de dentro.
Cuando unos tienen la autoridad y otros tienen el poder. Eso no puede funcionar. Es una situación que requiere un trabajo muy serio porque no puede llevar más que a problemas.
Es particularmente importante detectar las situaciones que dan lugar a los abusos (ejercidos o permitidos) y la corrupción.
Otra situación es cuando subestimo el poder que tengo desde mi autoridad. Si lo hago, estoy poniendo en situación de peligro a mí misma y a los otros.
Cuando utilizo la autoridad que se me ha otorgado para aumentar el poder que tengo. Es la corrupción. Tengo más facilidad para sacar ventajas. Los abusos sexuales son un abuso de autoridad. Usar esta relación de autoridad para la gratificación personal es un abuso de poder.
En el ejercicio del liderazgo es más efectivo liderar desde la autoridad que te ha sido otorgada que desde el poder que tienes. Si ejerces tu liderazgo desde tu autoridad, tu recurso al poder será mínimo. El poder me sirve para un ejercicio legítimo de la autoridad y no al revés. Diferentes tipos de poder me ayudan a ejercer esa autoridad. No al contrario, utilizar mi autoridad para aumentar el poder que tengo. Cuanto menos lideres desde tu autoridad, más necesitarás recurrir a tu poder (“esto se hace porque lo mando yo”). En el ejercicio del liderazgo el poder y la autoridad son inversamente proporcionales. Para que nuestras 0rganizaciones se desarrollen al servicio de su propósito es necesario que cada miembro entienda cuál es su autoridad y aprenda a ejercerla. Y qué poder necesita para ejercerla.
2ª parte: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de tejedores de comunión?
Tenemos un sistema que no nos gusta pero no lo podemos cambiar, hay que hacer uno nuevo, un sistema con otros paradigmas. Tenemos el poder de la comunidad. Cualquiera que sea el problema, la comunidad es la respuesta. Lo importante son las conexiones, las redes, hacer comunidad. Las redes es el único sistema utilizado por los sistemas vivos.
En todo ser vivo se dan dos bucles: uno de subida y otro de decadencia. No se puede ir para atrás sino hacer cosas nuevas. Ser pionero e innovador no es para todo el mundo porque tiene un desgaste personal. Se crea una nueva normalidad y hay un momento en el que se crea un puente de una realidad a otra. La pregunta es: ¿Dónde estoy yo en todo esto? Puedo permanecer en el viejo paradigma pero haciendo un servicio al nuevo. ¿Cómo puedo hacer un cambio de paradigma desde dentro del sistema? Otra posibilidad es acompañar la decadencia. A alguien le puede tocar estar ahí pero teniendo la visión global. Ser innovador no es fácil porque hay que pagar un precio. Se unen en redes hasta convertirse en un sistema de influencias.
El líder como ANFITRIÓN, convocador.
– Cada comunidad está llena de líderes. Ayudar a que cada miembro de la comunidad pueda asumir su propia autoridad como liderazgo.
– El líder no es el solucionador de problemas. Puede necesitar la ayuda externa pero será un facilitador que ayude a emerger la solución que tiene la comunidad.
– Algo mágico ocurre cuando nos encontramos entre nosotros con respeto, curiosidad y generosidad. Escucha es respetar a la persona por lo que es. La curiosidad es lo contrario a reaccionar, es tomar distancia para ver mejor, para conocer.
– No tenemos que esperar ayuda externa. Tenemos muchos recursos con los que mejorar las cosas ahora.
– Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo. Vivirlo hoy.
– Encontramos un claro sentido de dirección y tomamos un elegante mínimo paso hacia adelante. Todo empieza con un primer paso.
– Parar para que nuestras almas logren alcanzarnos.
– El trabajo local evoluciona para crear cambio transformador cuando se conecta a trabajos similares alrededor del mundo.
Autoridad, poder y adviento… Dejarnos conducir, con gozo, en la creación de la Nueva Humanidad que nos trae Cristo. ¡Feliz Domingo de la Alegría!