Contentas, contigo Señor y comprometidas. Experiencias que ensanchan el corazón
Contentas de encontrarnos, la casa Curia nos abre sus puertas
Del 3 al 9 de julio, en Roma, el Gobierno general hizo coincidir al Equipo Internacional de Pastoral con Jóvenes con las Formadoras – Encargadas de Postulantes, Maestras de novicias y Maestras de junioras- que están en el servicio de acompañar a aquellas que sintieron la llamada del Señor y desean ser Hijas de Jesús.
¡Cuánta alegría experimentamos al verlas llegar a esta Casa, que es la casa de todas!… Con sus presencias nos acercan a la universal Congregación…, nos recuerdan que pertenecemos a un Cuerpo que ensancha las fronteras de su propio país y/o la propia provincia. Pertenecemos a la Congregación. Con estas palabras nos daba la bienvenida e inicio del encuentro nuestra Superiora general, Graciela Francovig.
El encuentro que vivimos lo venían soñando hace mucho, y fueron las circunstancias de tiempos y personas que hizo que este encuentro lo tuviésemos juntas, ambos grupos, siendo así muy de Dios y un verdadero regalo que nos mueve a la gratitud y esperanza.
Descubrimos y confirmamos que estos campos de la juventud y la formación están unidos y que nuestro presente nos invita a vivirlo de modo articulado y en continuidad, estableciendo puentes entre la pastoral con jóvenes, la vocacional y la formación.
Contigo, Señor, comprometidas y caminando juntas
Nuestro fundamento es Jesús y, por tanto, la vivencia de oración con su Palabra y la Eucaristía han sido centrales en estos días. Es nuestra ayuda primera, cada día, en cada momento, para recordar que nos tenemos que dejar guiar por Él más que por nuestras cualidades personales. Y que la misión que realizamos no es nuestra, es de Dios.
Desde aquí nos confirmamos llamadas por Jesús, desde nuestra pequeñez y fragilidad, a caminar con los jóvenes, con las nuevas generaciones de Hijas de Jesús que ya se están formando y, muy especialmente, con cualquier joven que quisiera pertenecer a esta familia.
El modo de trabajo estuvo acompañado por tiempos personales de escucha a Dios, escucha entre nosotras, dejándonos ayudar por las iluminaciones de otros que nos han ofrecido claves para seguir cuidando de los jóvenes y las jóvenes que estamos acompañando en las etapas de formación, quienes son tierra sagrada.
También hubo tiempos de trabajo por separado en cada equipo, volviendo a la asamblea y poniendo en común la reflexión de un grupo y otro, dando tiempos a las resonancias que generaba lo escuchado y, así, enriqueciendo y ayudándonos entre todas, creamos un modo de trabajo y un resultado del que estamos muy agradecidas, por el empeño de cada una acompañado por la gracia de Dios.
Estos días han sido oportunidad de reafirmamos en que los jóvenes hoy son una de nuestras prioridades. Esta certeza nos acompaña, no porque tengamos pocas o muchas vocaciones, sino porque nuestra humanidad vive una profunda crisis existencial y nosotras queremos estar cerca y acompañar, especialmente a las nuevas generaciones.
En este mundo que vivimos es donde consagramos nuestra vidas al Señor y nos comprometemos a seguir haciendo aflorar lo propio en cada joven para que, acompañándolo integralmente, pueda descubrir y vivir su vocación, especialmente aquellas que sienta la llamada a ser Hijas de Jesús.
Algunas ayudas recibidas
«La tarea no es vuestra es de Dios, Él sabe los instrumentos que escoge», nos recordaba el P. Herranz, jesuita que fue clave para nuestro nacimiento como Congregación y cuyo nacimiento celebramos el pasado 5 de julio.
Hoy, como en los inicios, no vamos solas. Dios no se cansa de ayudarnos en cada momento con aquello que necesitamos y nos sigue llamando a acompañar a los jóvenes y su realidad.
Para las iluminaciones de estos días pedimos a nuestros hermanos jesuitas, Alfonso Alonso Lasheras y Orlando Torres, que compartieran con nosotras sobre sus experiencias acerca de la realidad actual de la juventud y la formación. A ellos les agradecemos su humildad y pasión para transmitir sus reflexiones y experiencias. Estas han sido claves para que, luego, cada equipo hiciera la tarea encomendada con solidez y fundamento gracias a las iluminaciones recibidas.
La misión de las Hijas de Jesús necesita de nuevas Hijas de Jesús
Del compartir con Alfonso nos confirmamos en que este tiempo que vivimos está marcado por una crisis vocacional, que esta excede la vida religiosa y afecta la esencia de la persona.
La pregunta vocacional, a veces, está ausente y, en el peor de los casos, silenciada. Pero afirmamos que, tanto la pregunta como la respuesta que algunas personas podemos dar consagrando nuestras vidas a Dios y su plan de salvación, sigue siendo un camino posible y deseable.
Nuestra motivación en estos campos de la pastoral y la formación sigue viva y actual: Jesús sigue llamando a los jóvenes. Nuestra misión consiste en seguir colaborando, desde el acompañamiento integral, a despertar en cada joven un sujeto vocacional. Y, como nos recordaba Orlando, quien forma es Dios mismo, nosotras somos humildes instrumentos para la acción de Dios en los jóvenes. Y, caminando junto a ellos, desde el acompañamiento integral, abarcando todas las dimensiones de su persona, ofrecer la pregunta: ¿Dónde está Dios en tu experiencia, en tu vida, en tu historia, en lo que narras…?
Estos días de vida fraterna, formación, reflexión y trabajo en equipo nos deja contentas, sintiendo la presencia cercana de Jesús, expresando en lo profundo del corazón y con convicción: vamos contigo, Señor. Confiadas en Él y comprometidas a ser luz y vida para los jóvenes a los que cada una es enviada. El camino continúa, se mueve el corazón al despedirnos. Volvemos a nuestras realidades locales animadas por un profundo y sentido ¡VAMOS!
