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¡Ha resucitado y vive entre nosotros! – Sínodo abril 2024

abril 8, 2024

Hemos llegado a la fiesta cumbre de nuestra fe cristiana. Acabamos de acompañar al Señor en su camino al calvario, con la crucifixión, pasión y muerte. Pero no tiene ésta la última palabra y por tanto se nos invita a buscarle entre los vivos y no entre los muertos.

Una buena ocasión para proclamar con el profeta Isaías: “algo nuevo está brotando, ¿no lo veis?”. Esos brotes verdes que aparecen, y no solamente porque estamos en primavera, sino porque Jesús ha resucitado y sus signos de vida explotan con fuerza, aunque a veces aparezcan como muy insignificantes.

Necesitamos agudizar la mirada, atravesar las apariencias, saber leer los signos de vida -como los de Emaús- que aparecen por todas partes. No vemos las cosas como son, sino que las vemos como somos, ha escrito alguien.

Y continuamos en el camino sinodal, donde también en nuestra Iglesia, como en toda la sociedad, vamos encontrando señales de pista que nos indican camino de vida, de alegría, de esperanza.

Ya el papa Francisco nos está dando más indicaciones para el camino sinodal. Después de lanzarnos una pregunta central para seguir preparando la asamblea de octubre 2024, ¿Cómo ser una iglesia sinodal en misión?, ahora ha ofrecido más pasos.

Diez temas sobre los que van a profundizar expertos de todos los continentes, mediante grupos de estudio, en unión con los Dicasterios correspondientes y bajo la coordinación de la Secretaría General del Sínodo. Siempre en la dinámica sinodal de participación, comunión, misión y sin perder de vista el discernimiento que supone escucha activa.

Estos temas son los siguientes, tal y como se presentan en la carta que el Papa ha escrito al Card. Mario Grech secretario general del Sínodo:

  1. Algunos aspectos referentes a las relaciones entre las Iglesias orientales católicas y la Iglesia latina.
  2. La escucha del grito de los pobres.
  3. La misión en el entorno digital.
  4. La revisión de la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis en perspectiva sinodal misionera.
  5. Algunas cuestiones teológicas y canónicas en torno a formas ministeriales específicas.
  6. La revisión, en una perspectiva sinodal y misionera, de los documentos sobre las relaciones entre Obispos, Vida Consagrada, Agregaciones eclesiales.
  7. Algunos aspectos de la figura y del ministerio del Obispo (en particular: los criterios de selección de los candidatos al episcopado, la función judicial del Obispo, la naturaleza y el desarrollo de las visitas ad Limina Apostolorum), en una perspectiva sinodal misionera.
  8. El rol de los Representantes Pontificios en una perspectiva sinodal misionera.
  9. Criterios teológicos y metodologías sinodales para un discernimiento compartido sobre las cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas.
  10. La recepción de los frutos del camino ecuménico en la praxis eclesial.

Mientras tanto podemos seguir aportando cuantas sugerencias veamos que pueden ayudar al conjunto de una iglesia más sinodal y estos puntos seguramente nos ayudan a revisar tantos campos de la misma en los que desde los diversos niveles (comunitario, parroquial, diocesano) tenemos vivencias desde las que hablar.

Siempre sin perder el horizonte de la esperanza, de la confianza en el Resucitado que nos sigue invitando a la vida en plenitud.


¡Muy feliz Pascua de Resurrección!
María Luisa Berzosa González FI, Roma

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